Esta vez, no por esperada, llena de orgullo a los giaveneses la noticia de que Graziella Pogolotti Jacobson recibiera la Orden José Martí, la distinción cubana, la más alta del país que se otorga a ciudadanos cubanos, extranjeros y a jefes de Estado o Gobierno por grandes hazañas en favor de la Paz y la Humanidad y por valiosos y extraordinarios aportes en la Educación, la Cultura, las Ciencias y el Deporte, así como por méritos destacados en el trabajo creador, desde 1972.
Cada detalle del momento en que el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, con admiración y delicadeza colocaba a la reconocida intelectual el tercer honor más alto que se confiere detrás de los títulos de Héroe de la República y de Héroe del Trabajo y que antes lo recibieran personalidades relevantes y emblemáticos como Salvador Allende, Thomas Sankara, Nelson Mandela y otros nombres significativos que dejaron una profunda huella en sus naciones y un ejemplo a seguir, en la historia mundial.

Hacer referencia a Graziella Pogolotti conecta, inmediatamente, con otras dos personalidades que han marcado la historia de la Isla: el abuelo Doménico (Dino) y el padre Marcelo. El primero, que abandonó la capital de la Val Sangone como migrante a fines del siglo XIX, con rumbo a los Estados Unidos y luego a Cuba, donde proyectó y construyó el primer barrio obrero de América Latina, en el reparto que perpetua su nombre en el municipio de Marianao, de La Habana.
El segundo, Marcelo, conocido internacionalmente, fue un pintor futurista y más tarde un escritor cuyo texto Del barro y las voces, publicado por la Editorial Letras cubanas, constituye un volumen de consulta obligada en los estudios de las artes visuales de Cuba. Graziella, nacida en París en 1938 es llevada, desde niña a la capital cubana donde su trayectoria la define como un ícono de los intelectuales cubanos que mantiene una obra viva entre dos siglos, a través de su marcada impronta como crítica de arte, prestigiosa ensayista, promotora de las Artes Plásticas Cubanas, presidenta del Consejo Asesor del Ministro de Cultura, Vicepresidenta de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), miembro de la Academia Cubana de la Lengua y actual Presidenta de la Fundación Alejo Carpentier.
Estudió Filosofía y Literatura en la Universidad de La Habana y Literatura francesa comparada en la Sorbona (Francia). Periodista, es miembro del Consejo Editorial de varias revistas y periódicos. Cotidianamente escribe en los diarios Juventud Rebelde y Granma. En 2005 recibió el Premio Nacional de Literatura. Luego fue incluida en la lista de los cien personajes más importantes de la Universidad Alma Mater de La Habana. Al escribir sobre la entrega del alto reconocimiento, el artículo publicado en Granma (órgano oficial del Partido Comunista de Cuba) la definió como "La maestra de generaciones", para resaltar su compromiso con la educación como herramienta fundamental para la promoción humana. A estas felicitaciones se unen las que llegan de la Val Sangone, donde es activo el Círculo de la Asociación Nacional de Amistad Italia-Cuba, que lleva el nombre de Dino Pogolotti.
Seguros de interpretar los sentimientos de la administración municipal y de toda la comunidad de Giaveno, que cada vez más fortalecen en el signo de la historia un vínculo que cruza el océano, expresamos nuestras más sinceras congratulaciones por este reconocimiento al compromiso cultural y civil de los "giaveneses de Cuba”, declara el Aristide Sada, secretario del círculo de la asociación de amistad Italia-Cuba de Giaveno ValSangone.
(Traducción Velia Lechuga Rey)
Otras informaciones:

![[impreso]](/file/ultimo/ultimaedicion.jpg?1763558989)