“El motor de arranque”, programa que se transmite todos los domingos a las 9.00 p.m. por Cubavisión, ha suscitado las más acaloradas discusiones y los más diversos criterios en las redes sociales - e incluso dentro de nuestras casas- en cuanto a propuestas televisivas se refiere.
Concebido por el gran humorista y actor Osvaldo Doimeadiós y dirigido por Juan Carlos Travieso, esta producción que tuvo sus inicios hace casi 12 años atrás en el Canal Habana regresa a las pantallas transformado y adaptado a los nuevos tiempos que corren, diseñado para una audiencia nacional más cosmopolita y por supuesto, mucho más exigente.
Las opiniones parecen estar divididas. No es para menos cuando en un horario estelar se presenta un anti-show como este que para nada quiere mantenerse dentro los cánones del género y donde uno de sus objetivos principales es romper reglas establecidas para brindarnos algo atípico que coquetea con lo absurdo y la sátira burlesca, pero que al final desprende un humor fresco y bien cubano que contagia al televidente.
De un lado están los más conservadores, aquellos que se atan a lo clásico y a las normas sociales más elementales donde su personalidad no les permite violentar pautas y no toleran este tipo de propuestas transgresoras y suicidas; los que no aceptan riesgos y desde que se sientan al televisor levantan un muro de piedras donde chistes y melodías chocan y se desvanecen sin tener la posibilidad de hacerlos cambiar de opinión o simplemente lo evitan seleccionando otro canal o dedicándole el tiempo a otras labores.
Del otro lado encontramos a un público más abierto y hastiado de propuestas calcadas hasta el cansancio, quienes tal vez no encuentren la carcajada que abunda en otros espacios pero disfrutan de esa mezcla del humor inteligente, la originalidad, y una música de altos quilates, capaz de llenar los vacíos que ha dejado esta pandemia del coronavirus que nos ataca y nos obliga al más vil de los encierros.
Es precisamente la música del programa, a mi entender, el mayor acierto de Travieso y su tropa. La magia de Carlitos Lage, el espectacular violín del joven Christopher Simpson, y la profesionalidad y la vis cómica del profesor “Cierra bares”, Ray Fernández, en unión de los excelentes músicos de la banda “Barbarie semiótica” y los invitados de cada semana, son un pilote fuerte donde descansa el guión, que aún teniendo algunas lagunas, es capaz de sostenerse y llevar de la mano un programa por los caminos siempre accidentados de una producción televisiva cubana con recursos limitados.
La presencia fija de la repentista Tomasita Quiala es otro de los vientos que empujan al “Motor de arranque” para lograr sus objetivos. Desenfadada, con una alegría contagiosa, e impregnada de una cubanía extrema, nos regala sus versos picarescos rebosados de humor criollo de los que nadie puede sentirse indiferente.
En apenas nueve días, este grupo de trabajo grabó los nueve programas de esta temporada. Quizás la rapidez con que se elaboró el producto conspiró con un mejor acabado visual - obligado a cambiar de escenografía constantemente por las diferentes temáticas abordadas en cada show - y con la profundidad con la que se entrevistó a las personalidades invitadas, pero sin dudas la habilidad de su conductor, Jorge Bacallao, mantuvo siempre oxigenado un ambiente donde la gracia de los humoristas habituales no estuvo siempre saludable y donde se tuvo que recurrir a la improvisación, en muchas ocasiones, para rellenar espacios.
La sección de los imitadores con Ramón Mustelier, las entrevistas en la calle, y el Making Off con esa descollante y magnífica actriz que es Andrea Doimeadiós, en su loco papel de “Noelia Bermellón”, tienen también su ejército de fieles y detractores. La sensación de caos que genera, el aparente irrespeto por todo y el “choteo”, pueden generar críticas de gente muy “seria”, pero la valentía de regalarnos algo diferente donde se muestran sin tapujos características de nuestra idiosincrasia que no podemos ocultar, tiene su precio y realmente se agradecen.
Lo cierto es que el programa logró lo que no pueden hacer otros: llamar la atención. La polémica que ha despertado es una muestra de que el trabajo dio frutos y una fuente inagotable donde pueden beber los protagonistas para mejorar las futuras producciones. Lo más importante es, como diría el ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, que “si los perros ladran es porque cabalgamos”.
Otras informaciones:
El programa es genial, sobre todo por lo diferente. El humor costumbrista y de confusiones además de estar declinando, ya tiene otro espacio ¿por qué repetir?. No esperen unanimidad. Sigan trabajando que ya tienen seguidores que cada domingo en la noche esperan con delirio que arranque el motor.
Excelente artículo, con crítica sincera e imparcial, pero como los otros comentarios que leí, me quedo en el bando de los que aplauden el programa. Me perdí algunos por la preferencia deportiva de mi esposo (pelotero retirado) y las consecuencias de un solo tele en casa, pero afortunadamente un día no estaba cerca y dede la cocina aquella música cubanisima, con ese violín espectacular, me llevó corriendo a la sala.. maravilloso!!! Excelente música, buen guión, buenos actores, los invitados, Teresita, todo me gusta!!! Por cierto, ya el pelotero lo ve también. Aprecio especialmente la música, nuestra hija es violinista graduada de la ena, trabaja en la habana y la vemos poco, y cuando escucho a christopher, me emociono mucho. Que talento!!!! Gracias por lo bueno que hacen. Sigan así.
Nunca me han gustado los humoristas, por la forma de expresarse, los chismes, choteos irrespetuosos, ofensas, burlas, al menos siempre espero que algo de eso se exprese y los evito, PERO este programa me cambio esa concepción. SI considero que es un SHow, de envergadura, que requiere de personas q aman lo que hacen mas que lo que cobran, es un humor inteligente, gracioso, musical, Tomasita admirada desde siempre en mi casa por su poderoso talento y les esta enseñando mucho al resto de los artistas, sí es un programa diferente los invitados disfrutan y muchos han demostrado su talento en el humor lo que dá mucha alegría al público. Llevará mucho esfuerzo, mucha constancia, que no se canse ese colectivo para hacer historia y lograr perdurar en el tiempo, debe ser diíficl manterner lleno los espacios dle programa, pero en Cuba se sobra el talento y los profesionales, convoquen y les faltará espacio para tantos. SIempres habrá personas a favor y en contra, los críticos viven de la crítica y el ICRT que no se apure en poner otro programa este va bien.
Me parece bien este programa, esta concebido para refrescar tantas tensiones que hemos sufrido dunrate casi dos años de pandemia, bien pensado, no había podido verlo anteriormente por el Canal Habana. Mi opinión muy personal es que debiera mantenerse y seguir trabajando en hacer reir más con ese humor inteligente que les caracteriza y para nada desagradable como otros quieren dar a conocer. Sugerencia: Trabajen duro para que se vean mejor y con más fuerza.
Muy bueno e inteligente, me rio muchisimo con bermellon en sus imitaciones (igualita) ojala sigan mas programas la musica genial