Foto: Cortesía de la entrevistada

Resulta difícil abarcar la vasta obra de la reconocida Rita del Prado, sobre todo porque ha sido muy versátil su recorrido por el mundo del arte. Autora e intérprete de innumerables canciones para todas las edades, pero recordada fundamentalmente por su música dirigida al público infantil.

Desde niña soñaba con dedicarse a la música, por lo que en la adolescencia comenzó sus primeros pasos de manera empírica. Sin embargo, se graduó de Psicología en la Universidad de la Habana en 1983, período decisivo en su formación artística a través del movimiento de aficionados de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU).

Rita del Prado en sus inicios Foto: Cortesía de la entrevistada

Al cumplir con el servicio social descubre que renunciar a la música como profesión tendría un alto costo emocional, por lo que cursa Nivel elemental en el conservatorio para adultos Fernando Carnicer. Luego cuenta con la ayuda decisiva de la musicóloga y pedagoga María de los Ángeles Córdova y otros maestros, “que me trasmitieron una visión profunda y fascinante de la música”.

Desde entonces se dedica profesionalmente a la canción; ha transitado por la Asociación Hermanos Saiz y como parte del catálogo artístico del Centro Nacional de Música de Concierto y Centro Nacional de la Música Popular. También ha escrito varios guiones para teatro, radio y televisión, y fue creadora, guionista y directora del espacio radial “El llavero de los duendes”, en Radio Metropolitana (1998-2000).

A lo largo de su vida profesional se ha presentado en diversos escenarios de Cuba, países latinoamericanos y España. Y es fundadora del Movimiento por la canción infantil Latinoamericana y del Caribe.

En un intercambio virtual con Tribuna de La Habana, rememora su carrera artística, mientras asegura que estudiar Psicología contribuyó a su manera abierta de razonar, y le propició herramientas de análisis para reconocer y descartar estereotipos en las valoraciones sobre cualquier tema humano.

Rita del Prado en la actualidad Foto: Cortesía de la entrevistada

¿A qué público dirige sus canciones?

- Comencé a componer desde el año 80, abordando temáticas diversas y una década después, fue que emprendí el camino de la canción infantil. Digamos que en el plano creativo, en las horas de trabajo, realmente no hago distinciones entre canciones para una u otra edad. Me encanta explorar el mundo de la canción, que tiene infinitas posibilidades. La creación está a veces en función de vivencias personales o de ideas, y otras, de proyectos determinados.

“Así se va definiendo el lenguaje, el carácter, la atmósfera de una canción y los códigos de expresión para edades más específicas de los posibles destinatarios.

"Ya en el plano de proyección de los repertorios, es cierto que la vida me ha convocado con más frecuencia a espacios para público infantil, lo mismo dentro que fuera de Cuba, pero por mi lado y por el de buenos aliados de mi trabajo, hemos intentado divulgar mi obra en general, para distintas edades”.

¿Cree que el público cubano la recuerda fundamentalmente por el proyecto La Guarandinga?

- Es posible que parte del público me reconozca más por ese proyecto, que comparto con el dúo Karma desde 2006, y que tuvo una época intensa de grabación, peñas, giras nacionales e internacionales, eventos, Gran Premio Cubadisco 2010, videoclips, presencia en los medios…y a esa etapa de gran proyección, le siguió otro periodo de presentaciones más espaciadas, hasta la celebración de los 10 años del proyecto con inolvidables conciertos en Buenos Aires.

Foto: Cubahora

“El fluir de la vida nos fue ubicando en ciudades distantes y realizamos otros proyectos artísticos por caminos independientes. Continúa la gran amistad y el intercambio profesional. El público de La guarandinga se mantiene conectado con nosotros y con las canciones de ese repertorio. En ese sentido es un proyecto vivo y significó un punto de giro importante en nuestras carreras.

“Sin embargo hay una generación que ahora ronda más o menos los treinta años, quienes están ligados afectivamente a canciones que compuse mucho antes al proyecto de La guarandinga, como el repertorio de Casi lo digo (EGREM 97) o por el proyecto El llavero de los duendes, o por mi trabajo en la redacción infantil de la televisión, cuando escribí canciones para personajes habituales como Príncipe de la Bulla y otras canciones.

“A mí me resulta especialmente emotivo cuando me piden el audio de alguna canción de la década del noventa, algunas letras, incluso acordes, precedidos siempre por una hermosa frase que más o menos dice: -Crecí con sus canciones y ahora quiero cantársela a mi hijo (a)”.

¿Qué la inspiró a musicalizar versos de José Martí y Eliseo Diego?

- Musicalizar a estos dos inmensos poetas cubanos, que vivieron dos siglos diferentes, cuyas obras siguen siendo fuente de hallazgos, ha sido una aventura inspiradora. La vertiente dedicada al mundo de la infancia, en la obra de ambos, me ha trasmitido atmósferas llenas de magia y valores universales.

“En mi opinión son dos modos diferentes de la pasión, dos colores del lirismo y la delicadeza, dos caminos de enseñanza emocional: Martí con su torrente de imágenes y ornamentos en su lenguaje, con sus versos y su prosa desbordantes en descripciones que nos trasladan al escenario de sus historias; y Eliseo con esa maestría en el recurso de la mesura, con esa precisión para revelar esencias en lo diminuto, en lo fugaz, con ese poder de sugerencia, donde lo que no se dice explícitamente, asoma entre las palabras. Es mi visión muy personal y lo que sentí de modo general al musicalizarlos”.

Hábleme de su trabajo en el exterior, en especial del proyecto teatral para personas con autismo. ¿Cree factible la creación de alguno similar en Cuba?

- Hay tres países latinoamericanos donde siento que he ido dejando una huella peculiar y profunda a lo largo de los años: México, mi primera plaza internacional; Argentina, donde llegaron mis discos antes que yo, y luego fui a cantar en vivo en varias ocasiones, lo que crea una relación muy especial y amorosa con el público; y Colombia, que más que un país que visito y donde desarrollo proyectos por largas temporadas, es un hogar paralelo.

“Sería extenso contar todo lo que me ha aportado esa tierra, por eso me detengo solo en dos espacios entrañables: La Corporación Cantoalegre y La Fundación Integrar, relacionadas entre sí y ubicadas en Medellín, Antioquia.

“Cantoalegre ha sido inspirador, renovador para mi labor de creación, una especie de planeta que funciona como espejo sonoro, donde oigo mis canciones con otro vuelo en otras voces infantiles y juveniles y es un lazo que ha generado ediciones de discos y libros.

Foto: Cortesía de la entrevistada

“El proyecto Teatral de la Fundación Integrar es uno de las propuestas artísticas más humanas en las que he participado durante mi carrera. El elenco principal del grupo teatral lo componen actores y actrices con la condición de Trastorno del Espectro Autista (TEA).

“Me desempeño como guionista y compositora, y soy parte de un equipo multifacético donde hay profesionales del teatro encargados del diseño y la puesta en escena, terapeutas que asesoran las sesiones de trabajo con los actores, maestros de música, niños y jóvenes integrantes de Cantoalegre, actores invitados, especialistas en promoción, equipo de producción que garantizan la compleja logística, patrocinadores que aportan los recursos imprescindibles.

“Cada año se presenta una obra distinta con un mensaje relacionado con el tema del autismo y la inclusión social, en el Teatro Metropolitano de Medellín, con un nivel alto de realización y una significativa asistencia de público.

“Yo también me he preguntado si en Cuba pudiera hacerse algo similar, tal vez no idéntico, ni con frecuencia anual; para emprender un proyecto de esta naturaleza, es requisito imprescindible que se junten todos estos factores de manera rigurosamente articulada durante el proceso y hasta el resultado final. Es un tipo de proyecto tan hermoso como delicado.

“Si los perfiles de profesionales que he mencionado, se pudieran integrar algún día en nuestra isla y tener tiempo y energías disponibles para llevar a cabo algo así, por supuesto que cuentan conmigo para aportar mi experiencia y lo que esté en mis manos. Me encantaría y es algo necesario”.

Foto: Cortesía de la entrevistada

¿Pretende continuar el proyecto Habaneros del Prado creado por el aniversario 500 de la ciudad?

- La celebración del medio milenio de La Habana, fue solamente un hermoso pretexto para concebir y montar este proyecto, y el haber sido seleccionado por la Fundación SGAE (Sociedad General de Autores y Editores) entre los que recibieron ayuda a la creación de la músicas populares en 2019, fue un impulso y un apoyo muy importante.

“Con independencia de mis antiguos deseos de dedicarle varias canciones a La Habana -una vieja deuda conmigo misma- en 2018 le propuse a mi hermano Aníbal hacerle un regalo a nuestra ciudad en sus 500 años, con un proyecto que integrara los conocimientos de la historia de la arquitectura habanera, que él tiene como arquitecto y proyectista de la empresa RESTAURA, con canciones mías que recrearan las historias humanas y sentimientos colectivos que han habitado las construcciones y los espacios urbanos; también canciones dedicadas a varios personajes que han dejado su impronta en la ciudad.

“Estrenamos la conferencia concierto en octubre de 2019 e hicimos algunas presentaciones en centros y museos de La Habana Vieja hasta fines de diciembre. Fueron presentaciones dedicadas a nuestro inolvidable Eusebio Leal. Es un proyecto que seguirá enriqueciéndose y que continuaremos presentando en la medida que la situación de la pandemia y la logística necesaria para el proyecto lo vayan permitiendo.

¿Cuáles son sus planes inmediatos y futuros?

- En este momento trabajo en reconstruir los planes que quedaron aplazados por la pandemia de la COVID-19, todos relacionados con proyectos ya mencionados como el Proyecto Teatral de la Fundación Integrar, la colaboración creativa con la Corporación Cantoalegre, los próximos pasos del proyecto Habaneros del Prado.

“Esta ha sido una época de sumarme a distintas plataformas de acompañamiento al público dentro y fuera de Cuba, a través de la música y la palabra, participando en charlas coloquios y festivales virtuales, también ha sido un tiempo de organizar muchas ideas dispersas, de retomar repertorios para compartirlos, de repensar cómo seguir el camino”.

Ver: Sitio web de Rita del Prado