El guaguancó como expresión rítmica de la rumba afianzó sus raíces en los barrios de La Habana. Sin embargo, la llamada Reina del Guaguancó nació en Los Hoyos, Santiago de Cuba, un 6 de abril de 1930, con el nombre de Celeste, quien esta semana regresó en la magistral interpretación de la actriz Mayra Mazorra, en una memorable puesta en escena transmitida por el canal Cubavisión, que será evocada por mucho tiempo y necesariamente merece repetirse para complacer a quienes no tuvieron la oportunidad de disfrutar la versatilidad de la artista, en esta propuesta que nació bajo el sello de la prestigiosa compañía Teatro El Público y con la tutela del maestro Carlos Díaz.

Mayra Mazorra, trascendió en la línea del tiempo en el homenaje a Celeste Mendoza y pudimos ser protagonistas de la reencarnación –para ajustar un término adecuado, sin referencias místicas y religiosas-, de una exigente combinación de luces, decorado e inserción de videos a través de los cuales, la intérprete evocaba pasajes documentales de sitios para la rumba en La Habana, como el Callejón de Hamel.

El cuidadoso monólogo, no sé hasta qué punto, en algún momento, frisó la improvisación, cuidó no dejar al azar el volcánico temperamento de la Reina, cuando refería un pasaje turbulento de su existencia en el cual la Mazorra puso al descubierto los fantasmas de quienes marginaron a la Mendoza y maniataron, con recursos burocráticos, en una etapa, donde nadie imaginaba que la rumba sería considerada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

Celeste Mendoza Foto: Cubaescena

Desde que, en 1951, Celeste integró el cuerpo de baile del Cabaret Tropicana, bajo la dirección de Roderico Neyra, dejó impresionadas a Josephine Baker y Carmen Miranda, cuando aquellas escucharon la réplica de sus voces, en vivo sobre el escenario. La vida le codeó con famosos como el Benny Moré, Edith Piaf, Ninón Sevilla y Pedro Infante. En 1998, Cubadisco la galardona junto a los papines por el disco El reino de la rumba.

Más que un homenaje de la Televisión Cubana, resultó una muestra del respeto a la autenticidad de su conciencia como artista cubana que no cedió al influjo de los suculentos contratos en el exterior para que abandonara nuestro país, y decidió mantenerse en plena sintonía con las esperanzas de quienes mantenían este ritmo devenido de las raíces afrocubanas, como algo propio.

Celeste paseó el guaguancó con la rumba –a lo grande- por los grandes escenarios del mundo. Nosotros pudimos ver a la Mazorra, fundirse con su voz especial, en fragmentos de canciones como Échame a mí, la culpa; o Que me castigue Dios. Incluso despertar evocaciones que reafirman aquella expresión de Rita Montaner al asegurar que Celeste es una “verdadera artista cubana, que expresa en lo vocal y lo coreográfico, con espontaneidad, sin dobleces, nuestra música popular y folklórica. ¡La reina del guaguancó!

Fallece el 22 de noviembre de 1998, en La Habana.

La puesta, para la televisión, estuvo a cargo del director Jorge Mederos Reyes, quien la ha llevado a varios escenarios del país, incluyendo teatros de La Habana y Santiago de Cuba. Reyes comentó sobre la interpretación de Mayra: "desde que la vi sabía que había encontrado nuevamente a la Reina. Juntos emprendimos esta locura incierta, pero la Mendoza quería un homenaje y nos dio su bendición. Mis ganas de hacer teatro junto a tu formación de escuela de grandes maestros, dieron a luz un espectáculo sincero y logrado..."