Hace pocos días vio la luz en redes sociales y en el espacio de la Mesa Redonda de nuestra TV la serie Selfies Rostros en la pandemia, dirigida por el reconocido director Arturo Santana. Esta nueva propuesta del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) pretende, según su creador, retratar las vivencias de diversas personalidades de la Cultura y la sociedad civil de la Isla en el actual contexto de la COVID-19.

En su capítulo inicial nos muestra el testimonio del periodista y crítico cinematográfico Joel del Río quien regala -en un manojo de emociones- su personal camino entre las artes. La miniserie despliega recursos fotográficos de alta expresividad mientras enfoca su lente en las confesiones y emocionales palabras de sus protagonistas. En un tono casi melodramático incita a la empatía mediante una catártica escena, sin más utilería o escenario que la ciudad y los sentimientos al desnudo.

Selfies Rostros en la pandemia se posesionó desde el pasado lunes 15 de junio la página institucional del ICAIC en Facebook, de Cubacine y el Portal del ICAIC, además de su canal en YouTube, como plataformas para explorar sensaciones e historias muy necesarias. Santana explicó que el pedido le fue realizado por la presidencia de este prestigiosa institución luego del efecto causado por su más reciente filme, Habana selfies, definido por él como un collage de autorretratos de personajes habaneros.

Entre dichas selfies encontraremos perfiles como los de la actriz Tahimí Alvariño, el músico David Blanco, el actor Roque Moreno, así como a otros -no tan conocidos-, pero con historias igual de valiosas. La serie, desde el género documental con pinceladas biográficas, resulta en análisis profundo y artístico de un momento histórico singular. Por otro lado, también analiza desde una perspectiva positiva las circunstancias personales por las que transitan sus personajes fijando su mirada en ese futuro de sanación que deseamos alcanzar. Arturo Santana nos regala un producto de calidad y estética refinada mientras propone una vía al entendimiento y asimilación de la actual tragedia mundial, siempre desde un ángulo insular y apegado a nuestra realidad.