“El verdadero drama es un circo de arcos donde el aire y la luna y las criaturas entran y salen sin tener un sitio donde descansar. Aquí está usted pisando un teatro donde se han dado dramas auténticos y donde se ha sostenido un verdadero combate que ha costado la vida a todos los intérpretes. (Llora)”.
Federico García Lorca.
Teatro El Público, considerado por muchos como una de las compañías más osadas, irreverentes y poco convencionales del panorama teatral cubano, acompaña a los capitalinos amantes del arte de las tablas en un diálogo continuo sobre identidad, experimentación y libertad desde sus años fundacionales.
La compañía que viera la luz por primera vez en 1992, en La Habana, con la puesta La criada por su director Carlos Díaz, 28 años más tarde sería lumbrera para generaciones de nuevos actores y creadores del teatro. Siempre apostando por la palabra hermosa, incluso, cuando puede resultar obscena a oídos frágiles, el gesto romántico que se diluye en caricia erótica, la compañía no cesa de cosechar vítores.
Le siguieron obras como Niñita querida o El público, de Federico García Lorca, confirmando el proyecto de una poética explícita y teatralidad liberta. Hoy muchos reconocen a su director Carlos Díaz como maestro de juventudes y Premio Nacional de Teatro, lauros que, junto a sus huestes de actores, diseñadores, asistentes, todos teatreros en su empeño, construyen la voz de la Isla y llevan a la escena osadas obras como La Celestina, y Sueño de una noche de verano, por solo citar algunas.
La particular mirada de la compañía vierte su savia por los sedientos labios de las multitudes que llenaban la calle Línea. El Trianón pasó de la decadencia del abandono que le condenaba a cobijar noches de llantos, carcajadas y amor. Los jóvenes de hoy todavía citan textos de Harry Potter, se acabó la magia. Se esparce por el mundo Antigonón, un contingente épico, demostrando la valía del buen hacer de los cubanos en las más contemporáneas poéticas. Feliz aniversario y pronto regresaremos a las salas para volver a disfrutar de Las amargas lágrimas de Petra Von Kant.