En ninguna de las ediciones anteriores, que ya suman 26, podrían los llamados “romeros” imaginar que llegaría la ocasión para desplegar el máximo las energías creativas para llevar las Romerías de Mayo hasta las casas de los cubanos. Tal y como resulta ese tempestuoso y positivo espíritu de los jóvenes artistas de la Isla de sal procuró mantenerse el evento más multitudinario de Cuba. Holguín le quedó chiquito a la Asociación Hermanos Saíz, así que cada día, desde el 2 y hasta el 8 del icónico mes de las lluvias, su portal web fue sede principal, secundado por una incansable actividad en redes sociales y la colaboración de los canales nacionales Cubavisión y Clave.
Conciertos, poesía, danza, fotografía y artes escénicas tomaron como vehículo al internet y sus herramientas para abrir las Romerías de Mayo a diversas latitudes como Festival Mundial de Juventudes. Experiencias de pasadas Romerías, los procesos creativos, presentaciones y otras acciones pudimos compartir en poco más de una semana que recién culminó, sellando con éxito el evento. Otra de las

esperadas opciones, el Congreso de Pensamiento Memoria Nuestra, se desplegó hasta redes sociales como WhatsApp para mantenerse como columna vertebral de los debates del evento. El foro que tradicionalmente ha contado con importantes figuras de la investigación en los diferentes campos de las Ciencias Sociales de nuestro país protagonizó el dialogo entre generaciones de creadores e intelectuales. Diariamente durante dos horas las polémicas devinieron fructífero intercambio sobre diversos temas en la web de la organización juvenil.
El documental Romerías. La Utopia, fue presentado en el espacio televisivo De nuestra América conducido por el crítico de cine Frank Padrón, momento de remembranza para la fiesta cultural en un material que resulta una antología vivencial repleta de experiencias y alegrías.
Puede que en algunos años todo esto nos parezca un pasaje distópico, salido de cualquier novela apocalíptica, la verdad es que en la práctica ni siquiera la fuerza arrasadora de una pandemia pudo aplacar la verdad y voluntad creativa de los cubanos. Así lo contaremos y queda grabado en nuestras bitácoras como anunciación de tiempos mejores.