De repente todo se pobló de ángeles, convocados por una singular artista/profesora que hizo rimar, en esa tarde, las memorias, la poesía y esas energías positivas (todas) que circundan por el histórico Taller Experimental de la Gráfica de la Plaza de la Catedral de La Habana, y también por la obra de María Consuelo Mendoza…
Era la inauguración de la exposición Los Ángeles de María C…, quien desde hace tiempo indaga, busca, investiga, sueña, descubre los misterios de la energía que nos rodea (y que ella tiene también adentro). Los ángeles, esos seres ideales, mensajeros de Dios que nos acompañan en el diario bregar, que revolotean alrededor nuestro, en transparencias, sin poderlos ver, que muchas veces nos ayudan, también sin saberlo, y hasta nos cuidan, protegen…, inspiran las creaciones de esta artista (grabadora, dibujante, pintora y PROFESORA), y se acumulan (vestidos por ella, corporeizados por la creadora en litografías, dibujos y pinturas) para decirnos que están aquí.
Tenemos, pues la oportunidad de ver los ángeles a la manera de una artista que posee una imaginación fantástica, tan parecida a ese carisma que la acompaña siempre en cuanto hace en la vida. En primer lugar, son CUBANOS, por eso la C, de María (también cubana), y en esta ocasión pasean en sus obras, y específicamente por La Habana. Deambulan por la antigua ciudad de 500 años, por eso llevan consigo lugares emblemáticos por donde ellos también se mueven junto a nosotros. Original manera de entregarnos las creaciones que están dentro del pequeño espacio de los cuadros, y en todos los lugares. Es su manera de decir: los espíritus celestes están aquí, allá, acullá… La energía ocupa aquí tanta preponderancia como lo puede tener el dibujo, el color, la pintura, las litografías, algunas de ellas creadas a cuatro manos junto con el destacado escultor Lesmes Larroza (Director de la Academia San Alejandro), y también los hilos, trabajos a crochet de la artesana (Rosa Xiomara Valdés), fragmentos de poemas de Teresita Gómez, -incorporados cual palabras/voces/sentimientos-, texturas y formas de papier maché construidas por la joven estudiante de la Academia San Alejandro, Pilar de la Caridad Pérez…, Todo “danza”” dentro de estos collages, cual coreografía mágica que subyuga las miradas, nuestros sentidos.

María C. es una creadora que transpira siempre sensibilidad, y una exquisitez extrema cuando dibuja. Parece ser que esos espíritus de luz la inspiran en el momento de creación, cual musas que le acompañan en ese acto que tiene tanto de magia y de misterio. Y se reúnen aquí, en este espacio subyugante, histórico, del Taller Experimental de la Gráfica. Un lugar que recuerda y acoge los mejores ángeles de la plástica cubana que también nos rodean. Tantos nombres de buenos amigos, grabadores, pintores, escultores, que hicieron, cual estela, nido creativo, y tantas alegrías nos entregaron. En sus obras están los ángeles que descubre para nosotros María C. Son seres alados que convocan las memorias de un tiempo, del nuestro, y va más allá porque en ellos, dentro de esa línea angelical están también los ancestros, el panteón yoruba. Todo formando parte de esta obra que cobra vida en telas, cartulinas, piedras, y en los cuerpos de los modelos de la compañía Nuevos Talentos que dirige Adonis Rodríguez, que ese día realizaron un desfile/performance original. Ellos vistieron, dieron vida a estos espíritus celestes para disfrutar el instante.
Por arte de ARTE y no de magia, María C nos devuelve allí, la energía acumulada en sus adentros, la experiencia, el tiempo vivido, sentimientos, sueños, visiones, en una obra que crece, cambia, y se hace palpable con mucha fuerza ante nosotros para recordar. Los creadores son seres especiales que ven más allá del horizonte impuesto. Ella se introduce en lugares inimaginables, “bucea” por profundidades adonde pocos alcanzan llegar, “borda” materias, esculpe sueños, traduce sensaciones y pinta con una energía que llega de lo más hondo del corazón. Solo un ángel puede pintar/crear esos ángeles que nos regala hoy.