La Habana que siempre se caracterizó por acoger los más trascendentes eventos políticos, sociales y artísticos dejó para su cumpleaños 500 una inmensa amalgama de propuestas que comenzaron desde principios de año. En la memoria de los capitalinos quedará el año 2019 como el puente cultural que continuó con la celebración de la 28 edición de la Feria Internacional del Libro de La Habana, dedicada esta vez a la República de Argelia.

En el mes de enero, el ilustre bailarín Carlos Acosta sería elegido director del Royal Ballet de Birmingham (Reino Unido), cargo que comenzará a ejercer a partir del mismo mes del ya cercano 2020. Así también recibimos con agrado la noticia de que la prodigiosa Viengsay Valdés fuera nombrada subdirectora artística del Ballet Nacional de Cuba, reto que enfrentó con gracia y sencillez, como lo demuestra el recibir lauros tales como la Distinción de Mérito del Instituto Superior de Arte(ISA), la Gitana Tropical y muchos otros. El maestro Frank Fernández iniciaba en fecha temprana como el 8 de enero su concierto homenaje a las celebraciones por el aniversario 500, que culminó con uno de los espectáculos insertados por su magnificencia en la velada cultural realizada en el Capitolio Nacional.

Aunque la tristeza y el luto se empeñaron en cubrir los corazones, al decir adiós a varios pilares que marcaron pautas en nuestra cultura y forman parte de la inmortal constelación que define el camino de nuestra identidad e iluminan el derrotero de una Isla en el firmamento. El 20 de julio partió el ilustre director de la Casa de las Américas, el poeta y ensayista Roberto Fernández Retamar. Luego el 17 de octubre la prima ballerina assoluta, Alicia Alonso, en los albores de su 99 cumpleaños con ese velo de alabastro perpetuado en mármol: Gisselle.
La música se unió en sus diversos géneros y exponentes para cantarle y componer memorables melodías a la Ciudad Maravilla. Celebramos por todo lo alto el aniversario 50 de Van Van, el Tren de la música cubana, mientras Silvio Rodríguez nos llevó de la mano en el mágico camino de las convergencias y generacionales que solo él puede ofrecer con ese toque distintivo de sus exitosas giras por los barrios, la última –precisamente-, dedicada a los cinco siglos de la urbe. Por su parte, el pianista Marcos Madrigal regresó con la tercera edición del Festival Habana Clásica. Grandes y significativas producciones discográficas salieron a la luz, ejemplo revelador fue el disco: Carnal, de Buena fe, que además celebra los 20 años de la agrupación.

Como cada dos años las Artes escénicas se regocijaron con el 18 Festival de Teatro de La Habana, en esta ocasión, con la presencia del Berliner Ensemble de Alemania. La jornada estuvo dedicada a la figura de Vicente Revuelta, quien falleció en el año 2012. Omar Valiño, director curatorial del FTH, expresó que las obras se relacionarán estéticamente con el trabajo y la propuesta artística de Revuelta. ¿Por qué? pues “él fue un hombre que optó por ser lo más auténtico y real posible en todo momento”. Contó, además, con la despampanante reposición Las Amargas lágrimas de Petra Von Kant, asumida magistralmente por Teatro El Público.
Casi finalizando el año los capitalinos inundamos los cines para consumir lo más interesante del 7mo. arte del continente y muestras de otras latitudes del mundo, en la 41 edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, bajo el lema: Ojos que ven y un diseño visual que impactó a no pocos y desató una tormenta de criterios.
Esta vez, la Feria de la Artesanía Fiart, dedicada a La Habana, fue un verdadero regalo por el despliegue de obras realizadas en el difícil arte de la orfebrería y una demostración del virtuosismo de quienes convirtieron los metales en piezas capaces de incentivar el deseo a la imaginación.
