Pero la cultura sigue…
(Dulce María Loynaz)
Para que en esta Isla pródiga la Cultura no siguiera viaje en el vagón de carga, una Revolución genuina llegó para potenciarla en todas sus manifestaciones –las propiamente dichas y la que nacen del conocimiento- a niveles insospechados y multiplicó a sus hacedores (escritores, actores, cineasta, músicos, maestros, promotores, instructores de arte…), eventos e instituciones (cines, teatros, editoriales, ISA, ENA, Escuela de Cine…), hasta hacer de los primeros un ejército diseminado por todos los rincones de nuestra geografía.
Para la reverencia merecida, me apropio de las palabras de Dulce María Loynaz, una mujer a la que le sobraran méritos literarios y viviera una vida para demostrar su perpetua fidelidad a la isla amada cuando sentenció, en referencia a escritores y artistas: “¡Qué árido lugar de angustia y de cemento sería el mundo sin ellos!”. Y con sus palabras digo “que hay un acierto más que señalar en la feliz iniciativa” de escoger el 14 de diciembre para conmemorar el Día del Trabajador de la Cultura como merecido homenaje al natalicio de Raúl Gómez García. Fue él quien escribiera el manifiesto que recoge la esencia de los ideales de los jóvenes revolucionarios de su tiempo; protagonistas de los asaltos a los cuarteles Moncada (Santiago de Cuba) y Carlos Manuel de Céspedes (Bayamo) y la toma del hospital civil Saturnino Lora (Santiago de Cuba), acción donde fuera vilmente asesinado, con solo 25 años, el Poeta de la Generación del Centenario.