Tres veranos, un largometraje brasileño de ficción tragicómica, llega a La Habana para mostrar una sociedad en constante búsqueda de dinero que, cuando quiebra, hace caer sus errores sobre los pobres, según palabras de su guionista, Sandra Kogut.
La cineasta destacó que su propuesta se basa en la lucha por llegar a pertenecer a una clase social adinerada, desde la figura de una empleada doméstica presta a aprovechar la “caída en desgracia” de sus patrones para alcanzar otro estatus en la vida.

Este es el tercer largometraje de Kogut, autora también de Campo Grande y Mutum.
La película navega por tres tiempos: el verano de 2015, cuando los patrones de Madá viven en una lujosa abundancia; el estío de 2016, en que dejan la residencia y se mantienen huidizos a las demandas económicas y en 2017 en el cual abandonan todo dejando a los sirvientes sin paga, pero con una gigantesca finca residencial.
Madá, el personaje principal, que está interpretado por la asombrosa actriz brasileña Regina Casé, navega entre dos mundos: el de los trabajadores y el de los dueños en la búsqueda constante de un espacio para ascender.

Ella aprovecha y utiliza la residencia para fines turísticos, desde alquilar yates para paseos acuáticos, a alquilar habitaciones en Airbnb, o ceder todo el complejo para la filmación de anuncios comerciales.
La película denuncia, la desigualdad económica y la corrupción de ese país.
Al respecto la guionista afirmó: “Nuestro objetivo fue contar una parte de la historia política y económica de Brasil, una nación marcada por grandes diferencias y en la cual los pobres sufren los desmanes de los ricos”.
