Estrellas de San Petersburgo brillaron en La Habana Foto: ACN Agencia Cubana de Noticias

El Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso acogió el concierto de Gala de estrellas del Ballet de San Petersburgo, una cita inolvidable con fragmentos de clásicos conocidos y otros contemporáneos, bajo la dirección artística de Yuri Smekálov, solista del Teatro Mariinski, quien además danzó en dos de las obras del repertorio.

Se trata de un elenco de excelencia compuesto por 10 bailarines de destacadas agrupaciones como el Teatro Mijáilovski, el Leoníd Yakobsón y el propio Mariinski, así como el Bolshoi de Moscú, quienes llegaron a las tablas de la Sala García Lorca, para encantar al público capitalino en el aniversario 500 de la Ciudad Maravilla.

La gala contó con la presencia de Miguel Díaz-Canel, Presidente de la República de Cuba; Esteban Lazo; presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular y el Consejo de Estado; el Primer Secretario del Partido en la capital Luis Antonio Torres Iríbar, así como Reinaldo García Zapata, Presidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular de La Habana y la asistencia de Valentina Ivánovna Matviyenko, Presidenta del Consejo de la Federación de Rusia.

El programa del espectáculo fue muy diverso, apoyado sutilmente en audiovisuales, así como un diseño de luces minimalista pero cargado de pasión. Sobresalieron piezas cómo "Sólo la muerte del cisne", coreografía de Mijaíl Fokin, interpretado con histrionismo por Oksana Skórik. Resalto también la enérgica presencia del bailarin y artista emérito de Ucrania Denís Matvienko en el solo de Ballet "SSSSS" con música de Frédéric Chopin y montaje coreográfico de Edward Klug.

La belleza y el lirismo escénico asaltó la sala con el Adagio del Ballet "Romeo y Julieta" y la divina actuación de Oksana Bóndareva y el ruso Igor Kolb. El segundo acto estuvo marcado por la fuerza y la depurada técnica del conjunto.

Es preciso mencionar el adagio del Ballet Sheherazade, así como la maravilla de Espartaco que arrancó aplausos con virtuosas cargadas, exquisita fisicalidad y caracterización de los personajes por los danzantes Irina Perrén y Marat Shemiúnov. La pieza Despedida, fue un despliegue de dramaturgia corporal y estilo neoclásico, la música de G. Powell prevaleció con destellos estridentes y carnales. Sin dudas un cierre de lujo fue Paso a dos del Ballet Don Quijote con coreografía de Aleksand Gorski.

Antes de que los telones cortaran la inmensa ovación, los bailarines dijeron adiós al público cubano con una “selfie” desde el escenario. Calidez y fraternal entrega caracterizó la velada que sella una vez más la alianza cultural entre Cuba y Rusia, La Habana y San Petersburgo.