La música ha sido fiel cronística de la historia entre países y pueblos. Melodías y acordes van y regresan cruzando mares y desiertos. La Habanera es un género que representa el espíritu armónico de nuestra capital, tanto en Cuba como en España, alma que viajó con los cantores y marinos.
Así culminó en la Plaza San Francisco de Asís el Festival Internacional de Habaneras de La Habana, fiesta que simboliza tradición y cultura y se mantiene viva entre adoquines y farolas. La cita sirvió para que le concedieran a La Habana el Premio Pax Urbis, distinción que otorga la Fundación Internacional Cien Ciudades por la Paz.

El sr Pablo Marcel Bonel, secretario de la organización, expresó: "La Habana es sagrada, sus valores fundacionales la elevan sobre otras. Símbolos como la Giraldilla nos hablan de su futuro, como ha sido dictado por la corriente y el viento, siguiendo los presagios de un destino de gloria". Bonel entregó la distinción a Reinaldo García Zapata, presidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular en capital, quien presidió el acto junto a Luis Antonio Torres Iríbar, Primer Secretario del Partido en la provincia.
La gala tuvo su cierre con un concierto de la cantautora Liuba María Hevia, con una selección de su disco Ángel y Habaneras. Una noche llena de magia musical que la sencillez y calidez vocal de la intérprete cubrió.