La Ciudad Maravilla permanece gris reverenciando el paso celestial de su amada hija hacia la eternidad. Bailarines, políticos, intelectuales, cubanos y foráneos asaltaron las avenidas de Prado, Neptuno, hasta llegar a su Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.

Pétalos y un velo alabastro parecían flotar por el aire custodiados por los jóvenes que continúan tu obra. Toda Cuba y parte del mundo que conquistaste a golpe de puntas y virtuosismo regresan hoy a las imágenes, vídeos, recuerdos de tu impecable técnica y coraje. Mujer de arte y amor, sacrificio y esperanza, perduras en las tablas, telones, una ovación para tu final acto.