A “las mujeres que a lo largo de la historia brillaron en el talento y en la rebeldía” rindió homenaje, este jueves, el Historiador de La Habana, Doctor Eusebio Leal Spengler, durante una conferencia magistral por los 500 años de La Habana que dio apertura al Capítulo Cuba por el aniversario XXV de los Encuentros Iberoamericanos de Mujeres Ingenieras, Arquitectas y Agrimensoras (EIMIAA).

Destaca la emisora Habana Radio que en el encuentro, celebrado en el salón 1930 del Hotel Nacional de Cuba, Leal afirmó que “la presencia de la mujer y su capacidad para lograr los más grandes empeños ya no tiene discusión posible en el mundo contemporáneo”.

Foto: Alexis Rodríguez

Mencionó a “mujeres de mucho valor que trabajaron para diseñar y proyectar”, como es el caso de Josefina Rebellón, Margot del Pozo y Gina Rey, a quienes aseguró recordarlas “en el trabajo de diseñar La Habana futura, cómo debía ser, con notable anticipación a todo proyecto actual”.

“La mujer juega hoy en esta profesión, tanto en la ingeniería, en la arquitectura, como en la agrimensura, un rol principalísimo y destacado. No puedo hablar de la restauración de la Habana Vieja sin mencionarlas, porque todas han estado presentes, y me responden todos los días a los grandes dilemas que el trabajo supone. Por ejemplo, hacer a veces lo que nosotros mismos nos podemos”, agregó el también director de la Red de Oficinas del Conservador y del Historiador de las ciudades patrimoniales de Cuba.

Leal también hizo especial mención a los logros más significativos de la restauración en La Habana Vieja, como es el caso del Capitolio Nacional e hizo referencia a uno de los proyectos actuales de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana: un moderno centro de diseño que se está construyendo en una vieja casa, en la cual se conjugará lo antiguo y lo moderno, y que llevará el nombre de Roberto Gottardi, que lo dejó todo por Cuba. “Honrar la profesión, honrar la memoria que es tan importante”, significó.

Al reconocer la labor y el ingenio de los arquitectos y arquitectas cubanas, Leal valoró de manera especial la importancia de la arquitectura vernácula “aquella que nació de la palma, del guano, de nuestra capacidad de dialogar con la naturaleza de Cuba” e invitó a los presentes en el encuentro a descubrir la grandeza y majestuosidad de La Habana.

Foto: Alexis Rodríguez

“Me encanta poder hoy invitarlos a ver La Habana. No la miren con ojos judiciales los que vienen de otra parte del mundo. A mí me ha tocado siempre lo destruido, lo dañado, lo que nadie aprecia. La capacidad de poder ver es lo de ustedes. Ver la maravilla, en medio de lo roto, de lo venido a menos, y tener esperanza de que con un acto de magia se puede levantar y salvar aun lo que parece perdido. En arquitectura y en ingeniería prácticamente nada lo es. Después de la restauración de Varsovia, después de la reconstrucción en Berlín de la catedral Luterana, ya no puedo estar de acuerdo con las limitantes de la carta de Venecia, ni de su heredera, la carta de Atenas; porque los pueblos necesitan tener su patrimonio, y si alguien lo destruye, hay que levantarlo”.

“Cuando no somos capaces de soñar hemos muerto en vida. Por tanto la belleza es tan importante para la vida como la solución de los problemas. La ciudad dormitorio es triste, porque es una solución de emergencia. Por eso cuando tenemos la suerte de tener una ciudad como esta tenemos que pensarla y salvarla”.

Leal invitó a todos a ver a La Habana, no con ojos judiciales, sino de amor. La cúpula dorada del Capitolio, “es como el símbolo de una esperanza en mi ciudad, que renacerá y será bella, tiene que ser bella (…) porque solo el amor salva”, agregó Leal.