Hay muchas formas de acercarnos a la Ciudad Maravilla, pero resulta un verdadero deleite si lo hacemos desde el intimismo y la nostalgia que transmite la exposición Remembranzas Habaneras, en el capitalino Museo Nacional de Artes Decorativas -MNAD-, cual bellísimo regalo al medio milenio de la Villa de San Cristóbal, y nota de realce por los 55 años de la institución.

“La muestra nos conduce a la evocación de aquellos establecimientos, sitios y monumentos inspiradores de la creación artística, a través de la exhibición de obras de nuestras colecciones relacionadas con la historia de la ciudad”, comentó su curador, el licenciado Gustavo López.

Destacan las porcelanas francesas de detallada decoración y lozas inglesas, que con el uso acertado de la calcomanía reprodujeron hermosas vistas de La Habana, antaño inmortalizadas en la obras del grabador Federico Mihale.
“Durante el más de medio siglo de existencia del museo –calle 17 entre D y E, en el Vedado habanero-, se ha ido recuperando y almacenando un importante conjunto de piezas de artes decorativas de porcelana, cristales, orfebrería y relojes entre los siglos XIX y XX firmadas por reputadas manufacturas y artistas. Estas son hoy el pretexto y objetivo de nuestra exposición”, al decir del también jefe del departamento técnico en esa institución cultural, consolidada en los últimos años como la más prestigiosa y reconocida en cuanto al estudio y difusión de las Artes Decorativas en Cuba, no solo por su magnífica colección, sino también a partir de investigaciones y estudios de especialistas y técnicos.
Allí se atesora, además, la colección más importante de arte oriental de nuestro país, cercana a las 3 000 piezas, que presenta obras provenientes de China, Japón, la India, Nepal y el Tíbet.

“Su riqueza patrimonial y artística está diseminada por subcolecciones, es por ello que podremos encontrar importantes obras de marfil, porcelana, piedras semipreciosas, madera, vidrio y papel”, indicó el Máster en Ciencias Yosvanis Fornaris Garcell, quien tuvo su cargo la curaduría de cuanto se exhibe ahora de forma más amena y didáctica, en el salón de arte oriental.

De acuerdo con el Máster en Ciencias Juan M. González Rondón, director del MNAD, cada aniversario entraña nuevos retos y los anima a romper con la concepción tradicional del museo como lugar donde se exhiben objetos antiguos, en tanto el pasado sólo adquiere sentido desde el presente. “Que se salga de él no con certezas, sino con interrogantes; no con estereotipos y representaciones fijas, sino con inquietudes, y deseos de querer regresar a recorrer nuestras salas”, advierte.
En 1964, el lujoso palacete que hoy alberga el MNAD abrió sus puertas democratizando el acceso del pueblo a una de las mayores y mejor concebidas colecciones de artes decorativas francesas del siglo XVIII en esta área del Caribe: la colección Gómez- Mena. Se iniciaba así una nueva etapa de revalorización y puesta en valor del patrimonio cultural cubano.

                                            
                                            
                                            
                                        
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