Intersecciones, última serie del ciclo expositivo Work in progress, antecedida por Convergencias y Divergencias: paradigma líquido y que bajo la curaduría de la Doctora. Concha Fontenla, formó parte de la XIII Bienal de La Habana. “No son exposiciones independientes, sino grandes círculos que se van cerrando y abordando diferentes temas sociales con una visualidad que nos ayuda a entendernos como individuos”, declaró a Tribuna de La Habana Claudia Genlui Hidalgo Moreno, la especialista principal.

Las piezas –de Intersecciones– se analizan como una especie de espiral: “en la primera planta se centra a Cuba como sociedad civil; lo que se entiende como identidad y las formas de interrelacionarse con el medio, la arquitectura y el diseño. Aquí están reunidos algunos de los principales exponentes del arte conceptual como Carlos Garaicoa, Yoan Capote, Antonio Eligio Fernández (Tonel) y el grupo de creación Los Carpinteros, (…)”, aclaró Hidalgo Moreno.
Se incluyeron, en el segundo piso, proyectos más relacionados con el diseño y la posibilidad de imaginarlo tributando al desarrollo de la sociedad actual. “Quizás, por la visión elitista que existe del diseño, es bueno aterrizarlo y aprovechar la capacidad de los diseñadores (…)”, explicó la especialista.

En esta planta se toman puntos de referencia a nivel internacional como el de Lucila Aguilar (México) con su proyecto de bambú: “(…) cuando Fontenla lo trae a Cuba intenta vincularlo a las pequeñas industrias que se están generando en la nación, para que el espectador contemple las posibilidades aparejadas a estas propuestas”, declaró Hidalgo Moreno.
Lucila Aguilar, en su muestra, incorpora celdas fotovoltaicas a elementos de uso cotidiano, como los sombreros, en diferentes tribus o pequeñas sociedades de México; de esta manera las incorporaciones son útiles y no se alejan de la tradición.

La especialista principal apuntó que a la par renacen al fondo de este piso confecciones que muestran cómo se utilizan materiales tradicionales, poco industrializados para elaborar productos; así lo ejemplifican los muebles de la diseñadora cubana Clara Porset.
Por otra parte, la última planta está dedicada a África con un proyecto curatorial que muestra un suceso ocurrido en Nigeria y en el que los artistas pretenden reconstruir la memoria de la aldea.

“Es un homenaje a las víctimas con la confección de un túmulo funerario en el centro. La obra fue insertada aquí después del tornado del pasado 27 de enero y se ha tratado de vincular a la idea de destrucción, pérdida y lo que queda en un lugar; lo cual es muy difícil pues cuando se trasportan elementos de una tradición a otro lugar posiblemente los códigos no se interpretan de la misma manera”, explicó la especialista.
La idea no pudiera haberse acogido en mejor espacio que Factoría Habana, donde se favorece el desarrollo de proyectos relacionados a universidades, que eduquen al espectador y ofrezca alternativas útiles de progreso para la vida cotidiana.

“Estas exposiciones son únicas, pues no vuelven a mostrarse en el centro. Si se escogiera una pieza de exhibiciones anteriores siempre sería para complementar otro discurso”, agregó Hidalgo.
Intercepciones, abierta de manera gratuita al público hasta el 31 de agosto, en el Centro de Arte Contemporáneo Factoría Habana, de la Oficina del Historiador de la Ciudad, intenta mostrar diferentes tópicos dentro de una realidad que puede ser nuestra, pero que también escapa, pues se hace universal, a la vez que busca puntos de encuentro.


