Mi cama una balsa, la habitación el mar, y luego me reí un poco triste es el título de la exposición de Hans Op de Beeck, que se complace en presentar Galería Continua a partir de este mes de marzo.
El multidisciplinario artista belga propone un conjunto de fotografías en blanco y negro, esculturas de materiales variados como el poliéster, el metal, la madera, el yeso, el vidrio, y otros, y además una combinación de ambas manifestaciones a través de un grupo de videos que devienen excelentes proyecciones cinematográficas por su calidad técnica en cuanto imagen, ambientación, banda sonora, diseño, etc.
Con las esculturas, el autor recrea un parque con la representación de un estanque y varios personajes a su alrededor. Las figuras son esculpidas a tamaño natural o de escala reducida, ubicadas en poses cotidianas y siempre presentadas con los ojos cerrados en aparente estado de meditación. Esta condición de silente de los protagonistas se vuelve característica en toda la muestra, en tanto las propias fotografías, una niña, una mujer, un anciano, también se encuentran sumergidos en los sueños más profundos.
El título de la exhibición lo ofrece la escultura de la niña que yace sobre una cama, lo cual devela, como cada obra, un imaginario mundo onírico en el que espectador va a sentirse inmerso.
Los personajes son de carácter universal. Sin embargo, desde el punto de vista visual, las figuras esculpidas se encuentran más cercanas a la cultura mesoamericana, como si el artista pretendiera referirse al principio de la creación humana o a lo más primitivo que nace del subconsciente.
Paisajes ficticios y naturales, interiores y exteriores, lo genuino y lo artificial se entretejen en estos universos insondables que propone Hans.
Esta exposición es de aquellas que usted no se debe perder. No solo por la experiencia de acercarnos a la obra de un artista contemporáneo reconocido a nivel internacional y que por primera vez expone en Cuba, sino porque estamos ante ese buen arte que es capaz de cuestionarnos la línea de la realidad y lo imaginario.