Mercy Rivadulla, cual arquitecta que es, agrupa los edificios de la ciudad a su manera. Como ladrillos de una construcción, toma fragmentos de un inmueble y los coloca en el lugar que ella considera debía respirar. De esa forma crecen sus edificaciones, más allá de estilos, materiales, épocas… por el paisaje, armando una suerte de rompecabezas arquitectónico que moldea su Habana, esa Ciudad Maravilla que pronto, en el 2019 cumplirá su 500 aniversario.
Precisamente con el título de Ciudad Maravilla, la artista que siempre ha ocupado los colores de su paleta en dar luz a este espacio mágico del Caribe, donde convergen desde el tiempo, las retinas del mundo entero que la veneran por su singular majestuosidad de reina de los mares, nos regala esta exposición abierta en el vestíbulo del célebre Hotel Clásico Inglaterra.
Cual rompecabezas, entrega pedazos históricos de la villa de San Cristóbal de La Habana para que cada uno la componga su manera. Con tintes de humor, muy caribeño, deambulan sus obras que son un canto a la capital cubana cercana a su importante onomástico. Momento idóneo para reflejarla con todas sus galas y lugares preferidos, que ella escudriña por los barrios buscando el “traje” perfecto para vestirla.
El eclecticismo es su brújula, porque en el cabe todo, es una mezcla surrealista, donde tampoco faltan los personajes más inimaginables, esos que deambulan la ciudad, y otros que trae, sin visas ni pasaportes, de otras latitudes para hacernos reír, pensar y divertirnos la vista y la mente. Este juego a la ciudad… ¿soñada? transforma a La Habana en una ciudad Maravilla –que es-, y nos regala, en una sola imagen muchos rincones de nuestra capital.
Mercy Rivadulla expone, con una creatividad sin fronteras, el color del alma de las gentes y las construcciones que la escoltan en su diario bregar por las calles habaneras. Al final nos devuelve la ciudad que ella ve, vive y siente, con un prisma alegre, sensual, simpático, con una sonrisa en la mirada, porque ella es también habanera y… CUBANA.