Los estantes, con olor a nuevo y vacíos apenas unos días atrás, han comenzado a llenarse: obras de José Martí, diccionarios de la lengua española, algún que otro libro de cocina, van llegando uno tras otro, a la espera de muchos más.

Un sueño largamente acariciado por el programa de entrenamiento para jóvenes La moneda cubana quedó hecho realidad, con la inauguración de la biblioteca Emilio Roig de Leuchsenring, en San Ignació no.4, en La Habana Vieja.

La biblioteca, estrenada en la VI jornada de gastronomía y culinaria Ideas+Sabor, se convirtió en la primera obra de este proyecto de desarrollo local comunitario que funciona en el Centro Histórico habanero en saludo al aniversario 500 de La Habana, que se celebrará en 2019. 

La tarja identifica a la biblioteca como una obra por el aniversario 500 de La Habana. Foto: Raquel Sierra

“Esta es una biblioteca donde no solo podrán consultar libros los alumnos nuestros, sino también todos aquellos que se preparan en el país, de manera que tengan un espacio de superación y puedan encontrar toda la literatura tanto impresa como digital de lo que acontece en el mundo sobre la cocina, la gastronomía y la cantina”, dijo Ángel Aguilera, coordinador general del programa de formación.

Según explicó, el pequeño centro, que tomó el espacio antes ocupado por la secretaría, tendrá temáticas muy diversas, pues el proyecto no solo trabaja los oficios de la cocina y la cantina, sino también promueve la cultura general, la historia de La Habana y sus principales plazas.

En la nueva instalación, que desde sus inicios ha tenido el apoyo de la dirección de la Biblioteca Pública Rubén Martínez Villena, podrán encontrarse también libros de ortografía y documentos relacionados con el entorno legal.

Después de analizar varias propuestas, el nombre escogido para el centro es Emilio Roig de Leuchsenring, en homenaje a ese importante estudioso de la historia de Cuba y primer director de la Oficina del Historiador de La Habana. “Como el proyecto se dedica a la cocina y la cantina, ambas especialidades querían un nombre de una personalidad de su esfera. Sin embargo, nos pareció más universal escoger el Roig, que tanto hizo por la ciudad y cuya obra ha tenido una vasta continuidad con su sucesor, Eusebio Leal”, explicó Aguilera. 

Entre las primeras donaciones se encuentra una multimedia que recoge opiniones sobre Emilio Roig, Foto: Raquel Sierra

Para la inauguración, la Federación Culnaria de Cuba convocó a chef a regalar libros de su autoría para engrosar sus fondos, al igual que el resto de los invitados, alumnos y profesores, “así se va a ir construyendo también a partir de la participación de las personas”, dijo el coordinador general.

Entre los primero en realizar sus donaciones estuvieron los chef Niurka González Morales, Liuyen Álvarez Castellanos y Odlavin Castellanos, vicepresidente de la Federación Culinaria de Cuba.

Movimiento diverso

Exposiciones de ponencias en un aula y demostraciones de habilidades en el servicio gastronómico en la otra, se alternan con la exposición fotográfica Chronos, del artista Joel Ramírez, quien capturó imágenes de monumentos habaneros en horario nocturno. 

Los estudiantes muestras habilidades y conocimiento aprendidos durante el proceso de formación. Foto: Raquel Sierra

Los días que restan del encuentro incluyen conferencias acerca de platos de los municipios habaneros y las tradicionales culinarias, paneles de estudiantes, acrósticos de ortografía vinculada a la cocina y actividades prácticas de cocina profesional.