En un contexto muy complejo y difícil para la economía cubana, fundamentalmente por el vil recrudecimiento del asedio de Washington, enfatizado a partir de la pandemia de Covid y la situación de los mercados globales con sus exacerbados precios en dólares de productos y artículos esenciales, Cuba fue víctima de otro colosal flagelo, el huracán Melissa. Este fenómeno trajo consigo cuantiosos daños a la infraestructura de viviendas, hospitales, escuelas, viales, producciones agrícolas, entre otras afectaciones de sustancial importancia para la vida y cotidianidad de la población, y el país.

No obstante, la información oportuna de la Defensa Civil y las autoridades de los territorios y la nación potenciaron la evacuación de miles de personas residentes en lugares vulnerables, proximidad a ríos y a zonas montañosas proclives a deslaves y grandes precipitaciones. Ello permitió salvaguardar la vida de los ciudadanos de las provincias orientales afectadas y brindarles en centros concebidos para la evacuación, la atención primaria y básica ante sus necesidades.

Foto: Tomada de Redes Sociales

Luego del paso de Melissa y la desolación y destrucción causada por este, se inició de inmediato, el proceso de recuperación, ese que, aunque complicado por la magnitud de los daños, no cesa y cuenta con el apoyo del Gobierno, pueblo cubano en su conjunto y la solidaridad enarbolada por miles de compatriotas, amigos, y países del mundo.

En múltiples reuniones del Consejo de Defensa Nacional, el Presidente, Miguel Díaz-Canel, ha abordado la inmensa batalla por la vida protagonizada por el pueblo, las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior, incluyendo a miles de jóvenes que se han destacado por su encomiable labor de ayuda y protección a quienes lo han precisado.

De igual manera, ha estado orientando y supervisando las medidas y programas de la recuperación, con el propósito de resarcir afectaciones y mitigar las graves consecuencias dejadas por Melissa.

Se encuentran movilizado en función de este objetivo todas las estructuras socioeconómicas del país, los dirigentes y funcionarios de los Ministerios de Energía y Minas, Hidráulica, Telecomunicaciones, Alimentaria, Agricultura, Construcción, entre otros organismos y formas productivas que están contribuyendo a la recuperación, y particularmente ayudando en lo que sea posible, a que la población pueda incorporarse a la normalidad, a pesar de lo traumático acontecido.

Foto: Tomada de Redes Sociales

Hay comprensión que no será fácil ni con inmediatez lograr subsanar en breve todo lo afectado ante la dimensión de los daños, pero existe la voluntad política para dar soluciones. Miles de casas derrumbadas y una cantidad mayor muy perjudicada por la furia de los vientos y las lluvias. También se acondicionan centros escolares para dar continuidad a los procesos de enseñanza mientras las escuelas se reparan, así como se orientan recursos y fuerza de trabajo de diferentes territorios hacia las regiones del oriente más dañadas con el fin de viabilizar la recuperación.

La voluntad creadora y disposición de los cubanos ante cualquier agresión o fenómeno natural que incida en su accionar cotidiano se ha puesto una vez más de manifiesto en la respuesta de los hijos de esta tierra de titanes, a sus hermanos orientales. Por doquier se ofrecen brazos para ayudar, donaciones a los damnificados y más vulnerables, estas llegan de todos los rincones de la nación, pero también de otras latitudes en las que el prestigio de Cuba, por su esencia solidaria, siempre ha estado presente.

A pesar de bloqueos, sanciones, tormentas, y las malas intenciones de los detractores de la Revolución, la Isla se levantará más hermosa, hospitalaria y unida por un pueblo que no ceja en el empeño de conquistar un mejor futuro de prosperidad y equidad para todos sus ciudadanos, sin distinción de ningún tipo.

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