Cada 12 de agosto se conmemora el Día Internacional de la Juventud, segmento poblacional de suma importancia para la vida y desarrollo de las sociedades.
En Cuba, por ejemplo, los jóvenes son el futuro de la Patria y en ellos descansan las tareas apremiantes para el avance del modelo económico-social del país.
En la Isla, a pesar del brutal asedio perenne de Washington que limita con creces la adquisición de recursos básicos, muchos de los cuales precisa la juventud para su desarrollo y formación integral, se establecen disposiciones y códigos adscriptos a la Constitución de la Republica para su protección.
Sin embargo, aun en el muy complejo escenario en que la nación caribeña sobrevive, ellos tienen garantizados sus estudios hacia todos los niveles de enseñanza, incluyendo la posibilidad de optar por carreras universitaria, quimera en otros países, aún del llamado Primer Mundo.
Para la niñez, adolescencia y juventud, mantiene la Mayor de las Antillas múltiples proyectos culturales, escuelas de arte para disímiles manifestaciones del ramo, (otrora solo concebida para los hijos de las oligarquías de turno) módulos culturales en todas las localidades del territorio, así como estructuras deportivas en escuelas e instituciones, con disimiles especialidades.
Igualmente se promueven las aptitudes artísticas a través de organizaciones representativas de nuestros jóvenes como la Asociación Hermanos Saiz (AHS), la cual suma el talento presente en cada una de las provincias, y llega a los lugares más inhóspitos del territorio. Están además las cruzadas y brigadas artísticas, donde también los instructores y profesores de arte tienen un rol destacado.
Así mismo los jóvenes tienen una amplia representación en el Poder Popular en las diferentes estructuras de Gobierno hasta su participación directa como diputados en el Parlamento, donde tienen voz y voto ante las decisiones más trascendentes que allí se debaten de la situación económica y social de la nación. Y donde se proponen medidas y soluciones para enfrentar cada uno de los desafíos que impone el criminal bloqueo de EE.UU., y también la coyuntura de crisis mundial que en las condiciones de cerco que vive la Isla agudiza la problemática actual y afecta las soluciones con mayor inmediatez.
Pero los jóvenes cubanos que son de la estirpe de los Maceo, Martí, Mella, Guiteras, y Fidel, están presentes en cada trinchera de combate diario, enfrentan con entereza las difíciles condiciones que provoca la crisis energética, el déficit de combustible, fundamentalmente ante la obcecada persecución a los países que negocian con Cuba.
Este segmento poblacional es además víctima de las campañas mediáticas de desinformación y tergiversación de la realidad cubana por parte de poderosos medios occidentales, agencias y sitios de internet financiados desde el exterior para dañar la imagen de la Revolución y sus líderes, con fines maquiavélicos que apuntan a la desarticulación del proceso socialista cubano.
Los enemigos de la paz intentan por todos los medios utilizar jóvenes como punta de lanza contra este país, a veces a través de estrategias sutiles y edulcoradas, sean becas o determinadas prebendas y estímulos que ofrecen a quienes siguen su línea de pensamiento, y someten a sus designios y turbios propósitos.
Pero la cultura política, el alto nivel de consciencia y la activa participación en el desarrollo de cada una de las ramas de la economía potencia que la inmensa mayoría de la juventud cubana conozca bien a quienes tratan de frenar cualquier avance, interrumpir los proyectos para satisfacer las necesidades del pueblo, y destruir las conquistas sociales de estos más de sesenta años.
No olvidar que históricamente los detractores de la Revolución, con, o sin mantos y disfraces siguen el guion de la Casa Blanca que no ceja en su empeño de asfixiar a la Mayor de las Antillas.
La juventud cubana es fruto de la Revolución, nació y se formó con un vil bloqueo que ha impedido avanzar más en su bienestar, en sus anhelos y sueños. Pero con unidad y confianza en lo que puede alcanzarse cuando todos de forma cohesionada aportan a los programas y proyectos de desarrollo agrícola, alimentario, energéticos, a la producción de bienes y servicios, séase por la vía estatal, o a través de las nuevas y crecientes formas de gestión en desarrollo.
Los jóvenes cubanos son la arcilla fundamental de la obra de la Revolución, así lo validó el Che y Fidel. En sus manos está el futuro de la Patria que tiene en su haber más de cien años de lucha por su independencia, esa que les usurparon a los mambises del 95 instrumentando en 1902 una seudorepública al servicio de intereses foráneos, esencialmente estadounidenses, con férreas estrategias neocoloniales.
Por eso reviste suma importancia que la juventud en general conozca con profundidad la historia de Cuba, las causas y consecuencias de las gestas emancipadoras, a sus protagonistas, y a los héroes y mártires de la Patria que ofrendaron sus vidas por la plena independencia, esa que no puede cercenarse por caprichos, ni ambiciones de otros.
Los problemas de la Isla tienen que ser resueltos por los cubanos de buena fe, esos que estudian, trabajan, investigan, crean, innovan y buscan sin pausa alguna, fórmulas objetivas que permitan subsanar errores, mutilar el bloqueo, y alcanzar la mayor satisfacción y bienestar posible para todos sus ciudadanos.
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