A Diosdelaida Sosa Serrano, muy pocos la conocen por su nombre, todos la llaman Aidita; es una trabajadora de la Empresa de Mensajería y Cambio Internacional (EMCI) que lleva 34 años de vida laboral vinculada al sector postal. Foto: Cortesia del Grupo Empresarial Correos de Cuba

A Diosdelaida Sosa Serrano, muy pocos la conocen por su nombre, todos la llaman Aidita; es una trabajadora de la Empresa de Mensajería y Cambio Internacional (EMCI) que lleva 34 años de vida laboral vinculada al sector postal.

Comenzó en el año 1991 en el correo de Porvenir del capitalino municipio de Diez de Octubre, como gestora postal, donde trabajó por espacio de dos años.

Foto: Cortesia del Grupo Empresarial Correos de Cuba

En 1993, le indicaron ir para el Centro de Tratamiento Postal Nacional de Vento y Camagüey, para prestar servicio en la clasificación y distribución de las postales del Día de las Madres.

Por el buen desempeño que tuvo en la actividad encomendada le proponen la posibilidad de quedarse a trabajar allí, siendo ubicada en el Área de Archivo y Reclamaciones durante dos años, archivando la documentación nacional e internacional y atendiendo todas las reclamaciones generadas y de los operadores postales.

Debido a la manera vertiginosa en que se iba desenvolviendo fue transitando por cada uno de los procesos operacionales hasta ocupar el cargo de Jefa de Planta, durante 13 años.

En 2008, al realizarse cambios en la estructura de la empresa, el cargo que ocupaba pasa a ser Administrador Postal Integral de los procesos operacionales, en el cual se desempeña actualmente.

Foto: Cortesia del Grupo Empresarial Correos de Cuba

—¿Qué significa para ti trabajar en Correos de Cuba?

—Correos de Cuba es mi vida, aquí comencé a trabajar muy joven, cuando apenas tenía 24 años, hoy tengo 60 satisfactoriamente trabajando en la misma empresa, donde tengo un gran sentido de pertenencia, orgullo, compromiso y pasión.

“He podido superarme en cursos de Atención a la Población, Administración, Técnico Postal, Sistema Integrado Postal y otros.

“Amo lo que hago, me siento bien y con fuerzas para contribuir con mi trabajo y con las tareas que me son asignadas de manera responsable.

“Mantengo muy buenas relaciones con mis compañeros, ayudo a todo el que lo necesite y lucho porque las cosas que dependen de mí salgan bien”.

Foto: Cortesia del Grupo Empresarial Correos de Cuba

—¿Qué le aconsejarías a las nuevas generaciones que se inician en Correos de Cuba?

—El trabajo en Correos de Cuba es muy dinámico, pero si lo haces con la dedicación y responsabilidad que lleva, te llegas a enamorar de él como me paso a mí. Pienso que los jóvenes tienen muchas oportunidades de superarse; les aconsejaría que hagan su trabajo lo mejor posible, donde uno depende del otro, y contribuyen al país. De alguna forma, nuestro aporte a corto o mediano plazo es algo humanitario.

—¿Cuéntanos de tu familia?

—Tengo dos hijas y tres nietos. Lo que soy actualmente se lo debo muchísimo a mi difunta madre, ya que gracias a ella pude empezar a trabajar, saber llevar las responsabilidades asignadas en la empresa y mis obligaciones familiares, sobre todo cuando comenzaron los turnos de 12 horas y luego las madrugadas, ya que mis hijas en aquel entonces eran pequeñas.

“Me siento más que orgullosa de quien soy, le agradezco todos los días a mi madre que en gloria esté, a la vida y a mi familia, porque sé que puedo hacer, ayudar y aportar a mis compañeros, a mi empresa, a la sociedad, de sentirme una mujer empoderada de que pude realizar mi sueño y en lo que me gusta. Si volviera a nacer, volvería a trabajar en Correos de Cuba”.

Ver además:

Reinaugurada Zona Postal 6 de la Empresa de Correos Habana Centro