Una de las singularidades de la actualización de la política para la comercialización de vehículos en Cuba, en vigor desde el primero de enero de este año, es el aporte al Fondo para el Desarrollo del Transporte Público de ingresos en divisas provenientes del cobro de los impuestos en esa misma moneda, estipulados en la comercialización de vehículos.

Desde años atrás este Fondo venía recibiendo ingresos por el mismo concepto, pero estos eran en moneda nacional y muchas de las adquisiciones que necesitamos hacer en el sistema de transporte son precisamente en divisas. En la mayoría de los casos se requieren cuantiosas erogaciones para atender necesidades acumuladas.

En lo que va de este año, con estos ingresos se han adquirido gomas, baterías, partes y piezas, lubricantes y grasas, y adquisiciones vinculadas al grupo electrógeno del túnel de la bahía de La Habana. Son las primeras compras, en montos reducidos, por lo que no significa que hayamos podido adquirir en cada rubro las cantidades que se necesitan en el país, muy lejos de eso. De cada uno de esos aspectos, se necesita mucho más e iremos adquiriendo mayores cantidades en la medida en que las disponibilidades financieras lo permitan.

Además de esas necesidades básicas, se ha venido avanzando en los procesos de pago de 150 triciclos eléctricos, con el propósito de continuar extendiendo este programa a todas las provincias del país antes de que termine el año.

A su vez, se trabaja en la elaboración de los proyectos para la adquisición de las materias primas para confeccionar las matrículas o chapas de los vehículos, en disponer de 10 000 nuevas bicicletas, 50 carros fúnebres, 50 ecomóviles, neumáticos para los medios de transporte de la montaña y de las empresas de transporte de cada provincia del país, y para el cofinanciamiento necesario para la adquisición de un catamarán destinado a la transportación de pasajeros y cargas entre Batabanó y Nueva Gerona, entre otros puertos. Para algunos de estos propósitos relacionados antes, se requiere más de un millón de dólares. En el transporte las cifras de financiamiento necesarias no son pequeñas.

Muy lejos estamos de poder atender las necesidades acumuladas durante años en cada una de las ramas del transporte en el país, a partir de los ingresos que se generan por la comercialización de vehículos; pero estos se redistribuyen en función del transporte público que necesitan las mayorías y con ellos sí podemos atender algunas de esas necesidades y propiciar que podamos disponer de más vehículos en condiciones operativas o mejorar determinados servicios públicos.

No puede ser esta la única vía para disponer de divisas convertibles para adquirir medios de transporte, piezas u otros recursos prioritarios. En una posterior publicación abordaremos otro servicio de transporte en La Habana que recibirá nuevos vehículos con el respaldo financiero por otra modalidad.

Por una vía o por otra, combinándolas, iremos sumando recursos que bien aprovechados por nuestra gente en todos los lugares donde estos lleguen, pueden ir marcando diferencias y mejorías en un sistema de transporte que mucho lo necesita.

(Tomado del Facebook de Eduardo Rodríguez Dávila)

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