Representantes de proyectos de desarrollo local, del trabajo por cuenta propia y otras iniciativas económicas y de la Plataforma de hombres por la no violencia y la equidad de la capital cubana en un taller de evaluación del proyecto Experiencias para la búsqueda de la equidad de género entre hombres y mujeres en La Habana y Santiago de Cuba.

Esta iniciativa, desarrollada por el Centro Oscar Arnulfo Romero (OAR) y apoyada por la agencia de cooperación Pan para el Mundo (PPM), se propuso contribuir al mejoramiento de condiciones socioeconómicas que impactan en esa equidad en cinco localidades de La Habana y el municipio Santiago de Cuba.

El proyecto tuvo en cuenta la existencia de condiciones de vulnerabilidad para las mujeres (pobreza, falta de recursos, color de la piel, violencia, madres solteras y orientación sexual fuera de la normativa heterosexual) que limitan su crecimiento, autonomía, acceso a recursos y oportunidades y empleos dignos.

De acuerdo con Zulema Hidalgo, especialista de OAR y coordinadora del proyecto, la iniciativa que se ha extendido por seis años, en los tres últimos incorporó nuevos aspectos, entre ellos, dotar a las mujeres de equipos para que pudieran mejorar sus producciones, ventas y servicios, así como espacios para la socialización con hombres cercanos a ellas.

“Se trató de que esposos, padres, hermanos e incluso vecinos pudieran apoyarlas en sus emprendimientos y en que accedieran al mercado laboral en mejores condiciones, porque se trata de mujeres vulnerables socialmente y esos emprendimientos, oficios y empleos podrían ser la salida de esa vulnerabilidad”, explicó Hidalgo.

De acuerdo con Beatriz Torres, subdirectora de OAR, es muy importante tener la posibilidad no solo de que ustedes se conozcan, sino de monitorear, porque esto es un proyecto que tiene seis años, que ha hecho muchísimas cosas pero es importante para la continuidad u otro proyecto, saber qué se ha logrado, cuáles son las brechas, cuáles son los desafíos que se tienen, cuáles son las alianzas que se pueden establecer".

Vivencias

Foto: Raquel Sierra

Para Michael Torres, sociólogo, profesor de la Universidad de La Habana e integrante de la Plataforma de hombres por la no violencia y la equidad, el taller fue un proceso de intercambio, de compartir con las mujeres las experiencias de sus emprendimientos y conocer a nuevos hombres con diferentes masculinidades.

Alina Saborit pasó de ser una mujer temerosa, sobreviviente de muchas violencias, a emprendedora con su atelier Atrévete, eres más, en Marianao. Mucho en ese camino lo agradece a los talleres, capacitaciones y recursos aportados por OAR y el proyecto para impulsar el emprendimiento femenino. “Fue una puerta para mí: de herramientas y empoderarme, encontré ese refugio para crecerme, salir adelante y realizar un sueño que pensé no se cumpliría…ahora soy libre, estoy agradecida, empoderada y con oportunidad de ayudar a otras mujeres”, dijo.

Alejandro Matienzo, integrante del Taller de Transformación Integral del Barrio (TTIB) Pilar-Atarés y de la plataforma de hombres, quien colabora con su esposa en una dulcería como trabajadores por cuenta propia. "Venimos trabajando con OAR desde hace muchos años, desde el TTIB y siempre ha colaborado con nosotros, sobre todo en el tema de la violencia contra la mujer, pues vivimos en una comunidad que tiene bastante violencia".

El proyecto, explicó, nos benefició con una mezcladora profesional que permite incrementar la productividad y la calidad, pues antes eso se hacía con una manual. "Sin eso, no estuviéramos donde estamos hoy en el negocio", dijo y agregó que los cursos sobre planificación económica y sobre legislación, han sido también de mucha ayuda.

Acerca del taller de evaluación, Matienzo apuntó: "para mí fue un día especial que se unieran los hombres con las mujeres, siempre se ha hecho, pero siempre han sido muchas mujeres y muy pocos hombres, pero esta vez ha sido más más equitativo, y los hombres hemos participado sobre cómo apoyamos a nuestras esposas y a otras mujeres de la comunidad, tanto en sus emprendimientos como en enfrentar la violencia".

Según Maité Díaz, una de las facilitadoras, el taller fue una experiencia muy positiva, que permitió levantar las ganancias fundamentales de la implementación del proyecto, entre ellas, que las mujeres identificaran lo que habían avanzado, al igual que los hombres cercanos a ellas, que fueron acompañados por la plataforma de hombres, lo que hizo que el proceso ganara en efectividad.

Solidaridad

Foto: Raquel Sierra

En el espacio del taller, el proyecto Sonrisa de esperanza, de Marianao, dedicado a construir espacios de formación con un enfoque de género para fortalecer la autonomía de mujeres afrodescendientes, en su mayoría, de diferentes grupos etarios y creencias religiosas en ese territorio y otros municipios, hizo entrega a Las Isabelas, de Santiago de Cuba, de una donación de juguetes artesanales para que sean distribuidos entre niñas y niños de Santiago y Guantánamo.

Como parte de su labor, la iniciativa que lideran la máster en Ciencias Ildelsa Leal y la licenciada Vivian Terán Leal incentiva en la población infantil la utilización lúdica de muñecas negras.

"Como iniciativa del proyecto, les pedimos a mujeres que hacen manualidades en Marianao y fueron muy creativas. Dos empresas, Enavi y el atelier Loana, nos facilitaron los materiales para la confección, porque no queríamos que las artesanas gastaran lo poco que tienen", explicó Leal, quien dijo que se entregarían en la sala de oncología.

En los juguetes, se incluyeron los números de teléfonos por si las niñas y los niños se animaban a comunicarse y enviar fotos a quienes habían confeccionado y enviado los obsequios.

Foto: Raquel Sierra

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