Con una metodología para la construcción participativa, el análisis y el intercambio y enriquecimiento mutuo, se desarrolla el III Taller de apoyo a la actualización de la estrategia nacional de frutales.
Convocado por el Proyecto de apoyo al fortalecimiento de cadenas de frutales a nivel local (Agrofrutales), el taller contó en su inauguración con la presencia de John Geoffrey Gartshore, embajador de Canadá en Cuba; Fernando Hiraldo, representante residente del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Cuba y Wilber Bringas, director agrícola del Ministerio de la Agricultura.

Apuesta por la sostenibilidad
Según destacó el embajador de Canadá, cuyo gobierno financia el proyecto, “somos conscientes de la prioridad del gobierno de Cuba otorga a garantizar la seguridad alimentaria, así como el conjunto de medidas y esfuerzos que se llevan a cabo para dinamizar el sector y lograr incrementos productivos y mayor
acceso”.
Gartshore señaló que en visitas a beneficiaros del proyecto en Artemisa y Santiago de Cuba “me he quedado impresionado con los buenos resultados y beneficios que trae para mujeres, hombres y jóvenes de estas localidades”.
Al respecto, señaló, “me complace constatar que la labor realizada a lo largo de estos casi seis años para diagnosticar las cadenas de frutales y hacer análisis de género, económico, financiero, de mercado, de dinámica poblacional y eficiencia energética, han servido para conformar la estrategia nacional de
frutales hasta el 2030.
“Celebramos el enfoque participativo e intersectorial que ha promovido Agrofrutales para la realización de todos estos ejercicios y análisis y planeación. Esto contribuye a un elemento esencial con vistas a la
sostenibilidad”.
Por su parte, Hiraldo recordó cómo desde el 2013, el PNUD junto al gobierno de Canadá inició el trabajo con el Ministerio de Agricultura potenciar el desarrollo de los frutales en Cuba, mediante proyectos como Palma, en Santiago de Cuba, y desde el 2017, Agrofrutales, con beneficios para cinco municipios en Artemisa y en Santiago de Cuba.
“Con estas dos iniciativas hemos apoyado con más seis millones de dólares, concentrándonos en el desarrollo a nivel local de las cadenas del mango, papaya y guayaba”, dijo.
Con el liderazgo de los gobiernos locales y enfocándonos hacia el desarrollo territorial, con estos proyectos hemos contribuido a fomentar el enfoque de cadenas, insertar tecnologías sostenibles, fortalecer las capacidades productivas y gerenciales de las cooperativas, incrementar producciones e ingresos de productoras y productores, potenciar las capacidades locales para producir y utilizar bioproductos, desarrollar prácticas agroecológicas, incrementar las capacidades locales para agregar valor y favorecer el
empoderamiento de las mujeres en estas cadenas, destacó el representante del PNUD.

A su juicio, todos estos procesos y resultados han generado aprendizajes de gran utilidad para ser incorporados en una proyección estratégica que sostenga el desarrollo de frutales en Cuba. Según consideró, los estudios realizados a las cadenas y la sistematización de resultados y prácticas ofrecen al Instituto
de Investigaciones en Fruticultura Tropical (IIFT), el Grupo Empresarial Agrícola (GAG), y los ministerios de la Agricultura, la Industria Alimentaria y de Comercio Interior, “elementos enriquecedores para una reflexión constructiva sobre las amenazas, oportunidades, debilidades y fortalezas de los frutales en
Cuba”.
Según rememoró, cuando se inició la implementación de Agrofrutales, Cuba contaba con una estrategia nacional que había sido formulada en 2009 y con vigencia al 2015.
“Hoy, como resultado de las propias acciones del proyecto, estamos apoyando al país en conformar una nueva proyección estratégica que tenga en cuenta los cambios del contexto nacional e internacional, que se construya de forma participativa por eso estamos también convocados para trabajar en ella, involucrando a actores locales, que contenga un enfoque de cadenas, que incluya aspectos clave para la sostenibilidad como el uso de las fuentes renovables de energía, la dinámica poblacional y la adaptación al cambio climático, que atienda las desigualdades de género y a las territoriales y que favorezca una aplicación flexible y descentralizada, teniendo en cuenta las particularidades del territorio”, dijo.
Para Hiraldo, construir esta visión estratégica para los frutales al 2030, que permitirá aunar esfuerzos, integrar actores, contar con prioridades claras y movilizar recursos es una de las principales contribuciones del proyecto Agrofrutales. “Nos alegra mucho haber tenido la oportunidad de acompañarlos en este proceso que estimamos será vital para lograr la sostenibilidad de los cambios que hemos promovido a nivel territorial.
El representante del PNUD reiteró que esa organización del Sistema de Naciones Unidas “sigue a disposición país para continuar con nuestro enfoque multidimensional, para avanzar hacia un desarrollo sostenible e inclusivo”.
Contexto nacional
El director agrícola del Ministerio de la Agricultura, por su parte, se refirió al actual contexto, caracterizado por una crisis mundial derivada de la covid 19 y recrudecidas en Cuba por el injusto bloqueo de los Estados Unidos, con la aplicación de más de 243 medidas, así como a la actualización de la estrategia económica y social, que prioriza las exportaciones, los encadenamientos productivos y la gestión de fondos a través de los proyectos de colaboración.
Entre los aspectos estratégicos incluyó la recuperación citrícola, la diversificación e incremento de frutas no cítricas, por ejemplo, con la selección de productores y áreas que permitan contar con más de 4 000 hectáreas de guayaba, así como la implementación de 63 medidas para dinamizar la producción agropecuaria y la aprobación de la Ley de soberanía alimentaria, contempla el programa de desarrollo de los cítricos y frutales.
Según señaló Bringas, su implementación ha tenido dificultades en su implementación a nivel local por la ausencia de una estrategia que permita ese desarrollo a nivel de territorio y municipio. “Es por ello que contar con una estrategia a nivel nacional permitirá el establecimiento de pautas o líneas a tomar en cuenta para la elaboración de esta estrategia y programa de desarrollo para la cadena de frutales que permita, en primer lugar, satisfacer las necesidades de la población, lograr la exportación, el turismo, la industria y
abastecer las más de 130 mini industrias del sector”.
El director agrícola se refirió al importante papel jugado por los proyectos de colaboración internacional, que han contribuido a integrar los diversos actores de la cadena, fortalecido las capacidades productivas de las cooperativas, mejorado el manejo de las plantaciones, se ha insertado tecnologías más eficientes, se ha incrementado la producción y utilización de los bioproductos, así como la participación y empoderamiento de las mujeres.
Bringas se refirió al Movimiento de cooperativas de frutales y señaló que más del 70 por ciento de los frutales en Cuba están en manos del sector cooperativo campesino, así como el papel de los investigadores y científicos en la creación en 1965 del Banco de germoplasma de frutales tropicales y subtropicales que han
contribuido al enriquecimiento y mantenimiento de los frutales en Cuba.
A su vez, llamó a aportar criterios para la estrategia nacional de frutales que conduzca al “desarrollo con un enfoque de cadenas de valor para satisfacer, en primer lugar, la demanda interna, aumentar las exportaciones a partir del incremento de las producciones, bajo sistemas productivos sostenibles,
generalizando los resultados de la ciencia y la innovación”.
Construcción participativa
Maritza Alonso Esquivel, directora de Agrofrutales, explicó que el proyecto está brindando la experiencia y lecciones adquiridas durante seis años a la actualización de la estrategia nacional de frutales, que tanto necesita el país para desarrollarlos y potenciar sus producciones.
El objetivo de este taller, precisó, es enriquecer esa propuesta de estrategia actualizada, que ha pasado por un proceso de consulta en las provincias para tener el feed back (retroalimentación) de los actores locales y poder validar participativamente lo que se propone como documento.
Para ello, quienes asisten al encuentro se enfocaron en la planificación estratégica en los contextos interno y externo y la proyección a partir de los objetivos y líneas de acción para luego pasar a un nuevo momento, en febrero, para validar definitivamente y socializarla entonces en todos las provincias y territorializarla.
Con la mirada puesta en ese objetivo, se reunieron diferentes actores de todas las provincias cubanas que trabajan en las cadenas de frutales, productores, representantes de gobierno, del sector de la industria, de la comercialización, centro de investigación, universidades, organizaciones, y proyectos como HAB.AMA y Cubafrutas, que implementados por la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS), también trabajan la cadena de frutales.
Divididos en varios equipos, se abordaron las amenazas y oportunidades en el marco regulatorio, los recursos humanos, el financiamiento, la infraestructura, el mercado, la ciencia e innovación, la prestación
de servicios y provisión de insumos y la tecnología.

HAB.AMA
La actualización de la estrategia tiene gran importancia para Cuba y también para la capital cubana y el proyecto Autoabastecimiento alimentario y desarrollo de iniciativas económicas sostenibles en La Habana (HAB.AMA).
De acuerdo con Carlos Lopetegui Moreno, director del proyecto que se implementa en cinco municipios de la provincia, HAB.AMA, que contribuye a la Ley de soberanía alimentaria y nutricional en la cadena de frutales, construyó una estrategia de intervención de forma participativa, partiendo de una caracterización de las cadenas de frutales en los cinco municipios de intervención.
Para ello, explicó, se basaron en la metodología de enfoque de cadenas de valor y principios que ha desarrollado Agrofrutales, “por lo tanto, para nosotros es de extraordinaria importancia poder de alguna manera insertarnos en este proceso que ha venido desarrollando ese proyecto en función de la estrategia
nacional de frutales y territorializarla a los cinco municipios de HAB.AMA”.
El primer paso de la estrategia nacional será su territorialización en las zonas de intervención de Agrofrutales y nosotros, vamos a tratar de ir implementándolo se forma simultánea en los cinco municipios habaneros donde interviene HAB.AMA.
Otras informaciones: