La vigencia de las ideas del máximo líder Fidel Castro está presente, y con profundidad, en el desarrollo científico y tránsito a la independencia tecnológica de la Isla.
El proceso iniciado con la Revolución Energética a comienzos de esta centuria tuvo como pilar esencial el pensamiento del Comandante en Jefe y representó desde entonces un avance paulatino en pos de la autonomía sobre este importante renglón económico. Y aunque ello aún no se ha logrado consumar plenamente por razones económicas-financieras vinculadas al criminal bloqueo de Washington y a la situación de crisis mundial pos pandemia que implica a toda la comunidad internacional, la Mayor de las Antillas avanza de manera ininterrumpida y no ceja en su empeño por vencer este decisivo frente hacia el desarrollo sostenible.
Las ideas de Fidel incentivaron la formación de recursos humanos vitales en diferentes niveles de instrucción para asumir este gran desafío. En mayo del año 2004, el Sistema Electroenergético Nacional, SEN, tuvo una avería durante un mantenimiento planificado de la termoeléctrica Antonio Guiteras la cual produjo severas afectaciones a la economía, y en ese contexto surge a iniciativa del máximo líder de impulsar la entonces denominada Revolución Energética.
En la primera década de este siglo XXI y como consecuencia también de las secuelas que trajo consigo la etapa de período especial en el país, donde el sistema energético sufrió el colapso de buena parte de las centrales térmicas, Fidel propone crear un programa de sustitución en lo posible, de antiguas centrales termoeléctricas por generadores eléctricos con el propósito de disminuir fallas y lograr capacidad de suministro eléctrico requerido.
Asimismo, se impulsó la campaña de ahorro energético para lo cual en el 2005 fueron instrumentándose cambios en el parque electrodoméstico de las familias cubanas por otros equipos eléctricos más eficaces, de menos consumo, y que contribuyeran al bienestar de los ciudadanos. Surgieron por ejemplo: ollas arroceras, de presión, hornillas, calentadores, cafeteras, bombillos ahorradores, entre otros medios eléctricos puestos a disposición de la población para coadyuvar también a una mejor calidad de vida.
El 2006 fue considerado el año de la Revolución Energética en Cuba, aun cuando el proceso se inició con anterioridad.
A decir de expertos e investigadores del sector, esa Revolución constituyó un paso hacia la transición energética con empleo del uso racional de la energía, y de fuentes renovables orientadas hacia el desarrollo sostenible. Y ello debía ir aparejado de un proceso de concientización de las personas, organismos e instituciones, de manera que entre todos apoyasen el avance de proyectos que tienen directa incidencia en la economía.
En ese contexto Fidel señaló: “Si no avanzamos en el programa eléctrico se nos traba todo el desarrollo, afecta la educación, la salud, las grandes perspectivas que tiene el país. Ello nos obliga a ser más eficientes, reflexivos y buscar opciones”.
Esa política sumó un número de medidas requeridas para lograr ese objetivo y acercar el país al propósito fundamental de conquistar el desarrollo sostenible. Entre estas se ubican: Reordenamiento, ahorro y racionalización de los combustibles; extracción y mejoramiento del crudo nacional, incremento y uso del gas acompañante, eliminación de pérdidas eléctricas, mejorar la calidad de los servicios, incrementar el uso de fuentes renovables de energía, empleo racional de energía en el sector estatal y residencial, y apostar a transformaciones en el Sistema Eléctrico Nacional, entre otras.
De igual manera, se electrificaron escuelas, consultorios del médico de la familia y comunidades ubicadas en lugares apartados con empleo de sistemas solares fotovoltaicos y otras fuentes alternativas, incentivando el uso del gas acompañante del petróleo nacional en la generación de electricidad mediante el empleo del ciclo combinado, puesto recursos ( según disponibilidad) para mejorar las plantas del sistema electroenergético y su posible conservación en caso de que sea necesario sacarlas del servicio.
En cada paso a seguir estuvieron presentes la reflexión e ideas de Fidel, y hoy en Cuba su legado sigue vigente en el desarrollo de esta decisiva rama de la economía, y constituye prioridad estratégica del Gobierno y el Partido. Este tema considerado de alta prioridad repercute en el ámbito político, económico, y social al tener directa incidencia en la calidad de vida de la población.
También se impulsan acciones significativas a través del Consejo Nacional de Innovación el cual por su significación resulta tema de suma importancia para las autoridades del sector y el país, y mantiene seguimiento por parte del Primer Secretario del CCPCC y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien considera este aspecto prioritario al tener Cuba el desafío de interpretar y asumir esas transformaciones desde la perspectiva de la construcción socialista.
El CNI valora lo relacionado con la proyección del Sistema Eléctrico Nacional y los proyectos de innovación coordinados por el Grupo Nacional de Universidades para las Fuentes Renovables de Energía y la Eficiencia Energética (GNUFRE), y constituye una fortaleza como propuesta de Política para la Transición Energética de Cuba.
Actualmente la Isla sigue trabajando con voluntad política e intensidad (a pesar del recrudecido y perenne asedio de Estados Unidos), hacia una matriz energética no dependiente del uso de combustibles fósiles y en pos de Fuentes Renovables de Energía, aprovechando todas las reservas de Eficiencia Energética existentes.
Y para ello la Mayor de las Antillas cuenta con el talento, la disposición y alto nivel de conocimiento de los profesionales del sector y la labor mancomunada con el pueblo, pilares esenciales del legado de Fidel.
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