Niñas y niños de diferentes niveles de enseñanza y proyectos, personas de la tercera edad y en situación de discapacidad intelectual, cuidadores, profesionales de la salud, investigadores y representantes de organizaciones nacionales e internacionales se reunieron en la Quinta de los Molinos para celebrar el I Festival de los Cuidados.

Esta iniciativa respondió a la decisión de Naciones Unidas, el pasado 24 de julio, de declarar el 29 de octubre como Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo, con el fin de posicionar la importancia de valorar y reconocer el trabajo del cuidado no remunerado que realiza un gran conjunto de personas en todo el mundo, en su mayoría mujeres.

“Cuba se suma a esta iniciativa, que se realiza por primera vez a nivel internacional, en un momento trascendental de su historia, porque estamos construyendo en el país el sistema nacional para el cuidado de la vida y esta apuesta también contribuye a la creación y la consolidación de ese sistema”, dijo la profesora Magela Romero, impulsora del festival.

Foto: Raquel Sierra

Al respecto, refirió que en algún momento a lo largo del curso de la vida, todas las personas necesitamos cuidados y apoyos, pero también en ese ciclo brindamos los cuidados.

“El reconocimiento del valor económico, social y cultural de este trabajo se impone, ante la presencia de sistemas que aspiran a la justicia, la equidad, el bienestar y el desarrollo, así como a la construcción de una nueva organización social de los cuidados que implique la distribución de esta responsabilidad, no solamente entre los actores sociales, sino hacia el interior de la familia, sin distinción de sexo, es decir, hombres y mujeres con la misma responsabilidad”.

Según destacó, solo de esta forma lograremos diluir las bases sólidas del patriarcado que se fundamentan en una división sexual del trabajo, que apuesta porque las mujeres sean las principales encargadas.

“Hoy queremos celebrar la vida y este trabajo que la sostiene. Queremos hacer también visible nuestra apuesta por un sistema nacional que consolida también un principio de justicia, los cuidados como derecho, los cuidados como trabajo, los cuidados como un pilar trascendental para el bienestar social, reconociendo de manera especial a a quienes se dedican a esta labor cotidianamente”, enfatizó.

“El compromiso de la máxima dirección del país está en la elaboración de ese sistema, en el perfeccionamiento de las políticas y también en la ampliación de los servicios de cuidados y junto a este está la academia, organizaciones de la sociedad civil, organizaciones diversas, instituciones y también organismos de la cooperación internacional”, agregó.

En este empeño se unieron la Red Cubana de Estudios sobre Cuidados, la Quinta de los Molinos –con proyectos sociales para diferentes edades-, la Federación de Mujeres Cubanas, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social,  el Centro de Estudios de la Mujer, el Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa) en Cuba, la Asociación Cubana de Discapacidad Intelectual y el Centro Oscar Arnulfo Romero (OAR), con el apoyo de la Fundación Friedrich Ebert y Oxfam Internacional.

Foto: Raquel Sierra

Un lugar para cada cosa

Divididos en grupos etarios y sociales, las y los más pequeños jugaron en círculos y participaron en un espacio culinario para promover los conocimientos sobre las frutas y preparar una receta sencilla a partir de ella.

Las personas con discapacidad, de la mano de la mipyme Tatamanía, intercambiaron al aire libre sobre nutrición y alimentación sana, las propiedades y bondades para la salud del consumo de alimentos diversos.

Muchachas y muchachos con discapacidad intelectual compartieron sus conocimientos acerca de elementos de la naturaleza y en específico uno de ellos que contribuye a la higiene, el agua.

En el taller para cuidadores, las especialistas de OAR, Ivón Ernand y Beatris Torres, condujeron reflexiones acerca de la importancia del autocuidado, de reservar para sí un momento de su complicada cotidianidad, de no renunciar a su identidad y gustos.

En el intercambio se evidenció como las personas asistentes al taller, en su mayoría mujeres, ponen por delante a quienes cuidan –algunas cuidan a hijas, madres y abuelas-, lo que les consume la mayoría de su tiempo y su atención, dejando a un lado, incluso, el cuidado de la salud personal.

Foto: Raquel Sierra

Reflexiones

Según destacó Romero, la crisis de los cuidados, un fenómeno internacional, explica que cada vez hay más demanda de cuidados y hay menos personas para cuidar.  

En Cuba, destacó, en el tema trabajan la Comisión gubernamental sistema de cuidados en conexión con la Comisión para la atención a la dinámica demográfica, que supone una alianza estratégica, porque de las transformaciones que están aconteciendo en el país en relación a su dinámica demográfica se derivan procesos de una demanda que va creciendo para lo cual debe prepararse la sociedad.

Esta crisis de los cuidados supone no solamente reconocimiento de los cuidados como trabajo, sino también más garantías, más derechos, más protección para las personas que cuidan la vida. Y eso también ha estado en el centro de los debates a nivel gubernamental y de las políticas que se están estableciendo, dijo la profesora e investigadora.

Al respecto, hizo alusión al incremento de las Casitas infantiles, de las escuelas para personas cuidadoras junto al Ministerio de Salud Pública, la ampliación de los seminternados y en que otros actores de la economía puedan participar, con responsabilidad en el cuidado de la vida.

“Es una apuesta importantísima que supone entender el cuidado como relación social, porque tradicionalmente se ha entendido el cuidado y se ha mirado sobre todo a las personas cuidado dependientes, en situación de discapacidad, mayores, niñas y niños, pero cuando hablamos de esa transformación, estamos suponiendo que hay una mirada que también se intenciona hacia las personas que cuidan la vida, porque no se puede entender la centralidad que tienen estas personas en el sostenimiento cotidiano de la de la vida”, comentó.

Se trata, concluyó del derecho a cuidar, a que me cuiden y al autocuidado, “son las tres dimensiones por las que estamos trabajando y que supone también una apuesta importante en el plano de las políticas”, por lo que en el sistema, todas las políticas que existan van a ser fortalecidas y que exista una articulación entre los actores que apuestan por el cuidado para hacer que estas políticas sean más sostenibles y esos servicios puedan alcanzar un mayor número de familias y de personas.

Foto: Raquel Sierra
Foto: Raquel Sierra

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