Entre los acontecimientos que en el desarrollo y decursar de la vida en el Ejército Occidental pueden calificarse de trascendentales, la construcción del Partido dentro del mando ocupa un lugar de privilegio.

Ligado a ello, el 23 de septiembre de 1965, ha pasado a formar parte de la historia de la institución como una fecha memorable. Ese día, en el polígono de la unidad militar 2350, el entonces jefe de la sección política del Ejército Central, Comandante Julio Camacho Aguilera, hizo entrega de la Bandera Invasora del Partido, a quien en ese momento era su homólogo en el Ejército Occidental, el también Comandante Alfonso Zayas.

El estandarte, cubrió un periplo que lo llevó a la capital, desde las unidades del oriente, por donde comenzó el parto, imprescindible y oportuno, hasta el oeste de la Isla.

Había iniciado así la selección de quienes integrarían la vanguardia política en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), todo un hito que marcó un antes y un después. A partir de entonces, a medida que crecía la organización y la militancia, las cosas comenzaron a machar mejor.

Un grupo de trabajo, encabezado por el entonces Comandante Raúl Castro Ruz, ministro de las FAR se encargó de las tareas organizativas, políticas y metodológicas. Huelga decirlo. Quienes conocen a Raúl saben que las cosas marcharon como mecanismo de reloj suizo acabado de salir de los talleres.

Para la construcción del Partido en las FAR estableció como principio una amplia consulta de las masas, con propuestas que tenían que estar muy bien fundamentadas, a partir del mérito, y solo quedaban como aspirantes los aprobados por voto mayoritario. Luego venían verificaciones muy abarcadoras y profundas.
En 1967 concluyó en lo fundamental todo el proceso. Desde entonces, el trabajo político y del Partido ha estado presente en cada una de las tareas y los éxitos del Ejército Occidental y las FAR. Por tal motivo, en todas las unidades que integran el mando tuvieron lugar actos de celebración por la efemérides.

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