Uno de los primeros oradores de la Cumbre del Grupo de los 77 y China que sesiona los días 15 y 16 de septiembre en La Habana fue el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres.

Tras agradecer la cálida bienvenida y la hospitalidad recibida, el secretario general de la organismo multilateral se refirió al surgimiento, hace casi 60 años, del grupo, con la firma de la Declaración conjunta de los 77 países en desarrollo, que se declararon unidos en su determinación de remediar “siglos de injusticia y abandono”.

Guterres felicitó a Cuba por el exitoso desarrollo de sus vacunas, que no solamente han servido al pueblo cubano, sino que con generosidad Cuba permitió su utilización por otros pueblos, víctimas de la desigualdad en el acceso internacional a las vacunas.

En el mundo actual, dijo, esa función sigue siendo tan importante como entonces, sus miembros son el motor del desarrollo sostenible. En las últimas décadas, sus países han sacado a cientos de millones de personas de la pobreza y se han aliado a las Naciones Unidas en la búsqueda de las soluciones globales y de solidaridad, destacó.

Sin embargo, “ahora se ven en una maraña de crisis mundiales: la pobreza va en aumento y el hambre es cada vez mayor, los precios están disparados, la deuda es exorbitante, los desastres climáticos son cada vez más frecuentes. Los sistemas de los marcos mundiales les han fallado. La conclusión es clara: el mundo le está fallando a los países en desarrollo”, sostuvo Guterres.

Para cambiar esto, señaló, hacen falta acciones nacionales, buena gobernanza, movilizar recursos y necesitamos acciones globales para crear un sistema internacional que promueva los derechos humanos y trabaje en esos intereses a todos los niveles y que el Grupo de los 77 más China utilice su voz para para luchar por un mundo que trabaje para todos.

De acuerdo con el secretario general el mundo avanza hacia la multipolaridad, pero esta de por sí no garantiza la paz y la justicia, eso requiere instituciones multilaterales eficientes y la arquitectura financiera mundial debe responder más a la necesidad de los países en desarrollo.

La ciencia y la tecnología pueden crear la solidaridad, solucionar problemas comunes y ayudar a hacer que el desarrollo sostenible sea una realidad.

El Secretario General particularizó acerca de la situación en África, dada las enormes desigualdades, por lo que abogó por una transición segura al desarrollo tecnológico.

Al respecto, propuso que se trabaje en función de esa problemática. “Hay que garantizar que la tecnología funcione para toda la humanidad y se cumplan los Objetivos de Desarrollo del Milenio, lo que será negociado por los Estados miembros en la Cumbre del Futura (prevista para septiembre de 2024).

Para Guterres, los reglamentos para nuevas tecnologías no pueden ser escritos por los privilegiados y los ricos y debe haber más justicia para la inteligencia artificial y su uso. “Contamos con el Grupo de los 77 para incluir a los países en desarrollo en el programa”, señaló.

Guterres se refirió también a uno de los cuellos de botellas que enfrentan los países del Sur, el acceso al financiamiento. Muchos países en desarrollo no pueden serviciar sus deudas y sufren económicamente de los efectos continuados de la covid, la crisis climática que oprime a las comunidades y no les da bienes para acceder a la tecnología para el desarrollo sostenible o para la acción climática.

Entonces, apuntó, el mundo necesita justicia climática junto con la justicia financiera de los países en desarrollo. Los países desarrollados, indicó, deben cumplir sus compromisos financieros y anticipó que en la Cumbre sobre Cambio Climático se produzcan avances en materia de financiamiento, aunque hay mucha resistencia. “Tenemos que actuar ahora, hoy”, enfatizó y se refirió a un fondo multimillonario para financiar el desarrollo sostenible y la acción climática en los países en desarrollo, que incluye diferentes elementos que avanzan, pero lentamente.

Guterres llamó a más acción y menos palabras y señaló que en la próxima cumbre existe la oportunidad de acelerar la acción para acabar con las desigualdades que no permiten avanzar lo suficiente.

La cumbre de la próxima semana y la del próximo año son dos oportunidades para reformular el sistema internacional y las instituciones para que reflejen las realidades actuales, distantes de las que existían tras la segunda ronda mundial, cuando fueron constituidas.

Para apoyar a los países de desarrollo “todos tenemos el deber de apoyarnos. La voz del Grupo de los 77 más China siempre será esencial en las Naciones Unidas”, y sostuvo que cuenta con el G 77, que siempre ha sido campeón del multilateralismo para que se presenten, usen su poder y luchen, que representen la lucha contra la desigualdad, para revertir la injusticia y el olvido que han vivido durante siglos y apoyen un sistema que sea bueno para toda la humanidad y no solamente para los privilegiados.

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