Por iniciativa del máximo líder de la Revolución Cubana se inició a lo largo y ancho del país un amplio programa de creación y ampliación de represas para almacenamiento de agua, con el fin de satisfacer necesidades de la población y la economía.
La capacidad de embalse creció considerablemente en alrededor de 190 veces más luego del triunfo de 1959. Antes era solo de 48 millones de metros cúbicos en solo 13 presas existentes, y 60 años después se logró alcanzar 9 128 millones de metros cúbicos en más de 242 depósitos del preciado líquido, y más de 700 micropresas, aspecto este que formó parte del proyecto de Voluntad Hidraúlica impulsado por el Comandante en Jefe Fidel Castro.
Y aunque todavía hoy no puede hablarse de una plena satisfacción en este sentido por cuanto aún existen insuficiencia en algunas zonas del territorio con el abasto y estabilidad del servicio, el plan concebido no cesó en su desarrollo.
El sistema de desarrollo hidraúlico cuenta en su haber con una infraestructura superior a los 800 kilómetros de canales magistrales, unas 20 grandes estaciones de bombeo para trasvases y se cuenta con alrededor de 22 400 kilómetros de canales secundarios para el riego y el abasto humano, y se poseen más de 2 800 estaciones de bombeo que además se amplían, mejoran, y actualizan. Unos 70 mil cubanos fueron beneficiados en 2021 con el plan de inversiones que incorporó nuevos servicios de agua por tuberías, y de saneamiento.
A pesar de las complejas condiciones que impone el genocida bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra la Isla el cual obstaculiza y encarece notablemente la adquisición de tecnología, piezas e insumos para avanzar con mayor inmediatez en este y otros importantes frentes imprescindibles para la sostenibilidad económica, los trabajadores del Instituto Nacional de Recursos Hidraúlicos (INRH) conscientes del rol que ejercen en esta decisiva actividad no cejan en su empeño de perfeccionar el sistema, de manera que cada año sea superior lo logrado a favor del desarrollo en Cuba.
Se han sumado unos 22 468 kilómetros de redes de acueducto y más de 800 de conductoras, con sus instalaciones de tratamiento de agua potable y las plantas potabilizadoras, lo cual no quiere decir que todo sea perfecto.
Por el contrario, queda mucho camino por andar en la solución de problemáticas que todavía afectan el abasto del preciado líquido, hay factores objetivos que también inciden en la situación de déficit en lugares determinados, entre los que se ubican; la sequía, la creciente densidad de población, por ejemplo en la Habana, (unos 2 millones de habitantes), depender de la lluvia como fuente esencial la cual en ocasiones es muy limitada, problemas en sistema de drenaje particularmente en áreas urbanas y proclives a inundaciones, estado técnico de conductoras, salideros y signos de contaminación en algunos puntos por razones de saneamiento, etc.
No obstante a las dificultades que a diario confrontan los abnegados trabajadores hidraúlicos se avanza, amplían las lagunas de estabilización en más de 300, así como los kilómetros de redes de alcantarillado que sobrepasan los 5500, más de 160 estaciones de bombeo de residuales a las cuales se realizan mantenimientos y mejoras, junto a las plantas de tratamiento con que cuentan.
Así mismo se destinan cuantiosos recursos en inversiones para seguir promoviendo el programa hidraúlico el cual además tiene importantes planes en avance en provincias orientales donde existen arduos conflictos con las extrema sequía.
De igual manera brigadas de unidades del INRH vienen prestando servicios en la interconexión de sistemas de acueductos con el propósito de alcanzar mejor uso de las fuentes y poder abastecer a mayor número de pobladores.
La idea de Fidel tuvo su impacto fundamental en un amplio programa de construcción de obras hidráulicas que tuvieron como objetivo desarrollar la pobre infraestructura existente en el país antes del 59 y prepararlo para enfrentar períodos de sequía, desastres e inundaciones provocadas por fuertes lluvias, u otros flagelos naturales.
En la Isla se previó la Política Nacional del Agua que constituye la vía para alcanzar la visión concebida para el desarrollo hidraúlico el cual continúa en ascenso con la recuperación de equipos de bombeos nuevos que prevén alivio en las zonas más afectadas.
De igual forma los trabajadores del sector laboran mancomundamente con los de la Empresa Eléctrica para minimizar las fallas por falta de fluido eléctrico, tomándose oportunas medidas al respecto.
También el INRH busca importantes maneras de sustituir importaciones que contribuyan a solventar los problemas que se van presentando en el proceso de actualización del programa hidraúlico. La palabra de orden sigue siendo ahorrar, austeridad y compromiso con el proyecto de la Revolución.
El 10 de agosto, Día del Trabajador Hidraúlico, los cubanos rinden homenaje a todos aquellos que en diferentes frentes de ese sector brindan sus conocimientos y profesionalidad, con sentido de pertenencia, a satisfacer con el abasto de agua a los millones de hijos de esta noble y aguerrida tierra, al tiempo que contribuyen al desarrollo económico y social del país.
A ellos, el agradecimiento de su pueblo.
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