Llama la atención cómo en estos momentos tratan de imponer desde Washington una nueva campaña mediática contra Cuba. Esta vez algunos de sus influyentes medios como The Wall Street Journal (WSJ) habla de un supuesto acuerdo entre los gobiernos de la Isla y China para establecer en el territorio de la nación caribeña una base militar con el objetivo de interceptar comunicaciones en Estados Unidos.

El viceministro de Relaciones Exteriores Carlos Fernández de Cossío desmintió la publicación del diario estadounidense y recordó que la Mayor de las Antillas rechaza la presencia militar extranjera en la región de América Latina y el Caribe, y es firmante de acuerdos internacionales sobre el tema.

Ya no sorprenden declaraciones de diarios norteamericanos con publicaciones como esta, son decenas de Fake News que en breve tiempo se orquestan contra el pueblo cubano con el único propósito real de justificar el injustificado y abominable bloqueo económico, comercial y financiero que la mayoría abrumadora de la comunidad internacional demanda sea eliminado.

Hace pocos años realizaron una férrea propaganda sobre supuestos ataques acústicos a diplomáticos de EE.UU. en La Habana sin basamento científico ni evidencia alguna, otro de los inventos de la Casa Blanca para intentar aislar y desacreditar la reconocida política de principios de las Relaciones Exteriores de Cuba.
El viceministro Cossío consideró la publicación del 8 de junio de WSJ “totalmente mendaz e infundada, según la cual supuestamente existe un acuerdo entre Cuba y China, en materia militar, para la instalación de una supuesta base de espionaje”, añadiendo que ello es engañar a la opinión pública con un artículo el cual carece de fundamento.

Igualmente, carece de lógica y argumentos mantener a la Isla en la lista espuria de “países patrocinadores del terrorismo”, algo tan descabellado que solo suma ignominia al comportamiento del gobierno estadounidense.

Los medios de comunicación de norteamérica debían informar más al pueblo estadounidense del porqué su gobierno incrementa presupuestos militares, bases, e intervenciones en otros países, en vez de saldar las deudas que aún persisten de pobreza, desigualdades, desempleo, drogadicción, uso indiscriminado de armas y otros flagelos, en ese país con importantes indicadores de desarrollo.

También sus diarios podrían dedicar más espacios a dar a conocer a sus conciudadanos la diseminación de tropas que tradicionalmente mantiene su gobierno en otros territorios, y no solo de Latinoamérica donde la presencia de sus efectivos se extiende ahora a la República del Perú, sino también a otras latitudes, muchas a distancias gigantescas de las costas de los Estados Unidos, como resulta ser las ubicadas en Asia y el Oriente Medio.

De igual manera, Washington mantiene ocupado parte del territorio cubano con la ilegal Base de Guantánamo la cual además ha sido utilizada como centro de reclusión que ha sido denunciado en varias ocasiones por ser empleado como lugar para torturas de prisioneros, violaciones de derechos humanos.

En esta centuria resulta irracional fomentar la carrera armamentista y la confrontación entre países, en vez de apoyar el diálogo civilizado y contribuir a la búsqueda de la distensión y solución de los conflictos.

La declaración de la CELAC como Zona de Paz para esta zona del hemisferio debe ser respetada. Sus pueblos aspiran a la armonía que coadyuve a alcanzar el desarrollo sostenible y la complementariedad entre las naciones.

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