Foto: Foto y realización artística: Roberto Salas

El pueblo de Cuba tiene una heroica historia de lucha frente al colonialismo español y contra los gobiernos de la seudorepública que potenciaron la desigualdad social y racial e impusieron de manera institucional el neocolonialismo con su carácter servil a intereses foráneos, (esencialmente a favor de compañías norteamericanas) en detrimento de los recursos del país. También la Isla cuenta con cientos de héroes y mártires entre los que se destacan dos gigantes que por su accionar trascendieron los siglos XIX y XX, José Martí y Fidel Castro, respectivamente.

No fue casual que el máximo líder de la Revolución señalara en su alegato durante el juicio por los sucesos del Moncada que el autor intelectual de esa obra era el Apóstol, a quien rindió homenaje la generación del centenario en el aniversario de su natalicio.

El amor a la Patria, la inteligencia y sensibilidad humana son aspectos complementados en la vida y obra de ambos próceres. Fidel durante su larga trayectoria de lucha por la soberanía, en defensa de la justicia social y el valor de las ideas demostró ser el discípulo más aventajado del Maestro en la era contemporánea.

Una de las primeras medidas dadas a conocer por el Comandante en Jefe luego del triunfo de 1959 fue masificar la Educación y Cultura, elementos reflejados con profundidad en la obra martiana y cual evocamos con su célebre frase; “Ser cultos para ser libres”.

Así mismo en el programa del Moncada y en cada etapa del proceso revolucionario ha estado presente el pensamiento anticolonial y antimperialista del Apóstol. Y el máximo líder impulsó también la batalla de ideas frente a la ignominia impuesta por el gobierno de los Estados Unidos, el cual desde hace más de seis décadas mantiene un criminal bloqueo, asedio brutal en lo económico, comercial y financiero, pero también mediático y con el pérfido propósito de rendir por hambre y penurias al pueblo cubano.

Sin embargo, en la resistencia y férrea voluntad de vencer de la gran mayoría de los habitantes de la mayor de las Antillas están siempre vigentes las enseñanzas de Fidel, su estrategia, arrojo y optimismo ante las adversidades, lo cual ha coadyuvado a vencer múltiples desafíos durante estos más de sesenta años frente al más largo asedio que el mundo haya conocido en esta etapa de civilización. El combate a la Covid-19, la creación de vacunas propias para erradicarlo y el rol decisivo en este empeño por parte de los científicos junto a los trabajadores de la Salud es uno de los ejemplos más fehacientes de ese legado.

En cada centro científico, universidad, escuela, hospital, policlínico, médico de familia, Casa de Abuelo, institución cultural u otra de las tantas construcciones y conquistas obtenidas en Revolución a favor de la población, está la impronta de Fidel.

La imperecedera obra del Comandante en Jefe seguirá guiando el futuro de paz, equidad e independencia de la Patria que anhelan sustentar los cubanos.