Mañana lunes se reanuda el curso escolar 2021-2022. Por la situación de la pandemia había comenzado en marzo de este año y debe extenderse hasta el 19 de noviembre. Luego de casi dos años donde hubo que aplicar medidas de distanciamiento social, parece que las vacunas y el accionar de toda la sociedad van a permitirnos el rencuentro completo en todos los niveles de enseñanza.

Más de millón y medio de estudiantes vuelven a esas casas grandes que son las escuelas. Número impresionante para esta Isla, muestra de la importancia que se le da a la educación en nuestro país, con el apoyo decidido de parte del Gobierno.

Cierto que las condiciones no son perfectas, y que falta mucho por hacer, marcados por el bloqueo y circunstancias que debemos resolver, pero que nada de eso opaque la fiesta que significa ver a nuestros niños y jóvenes en las aulas. El placer de aprender no debe ser apagado, y lejos de ser un lujo, en Cuba es un derecho disfrutado por todos.

Foto: Martirena

Esta búsqueda de la sabiduría, inculcada en las casas y potenciada en las escuelas, debe ir acompañada también por fomentar valores. Necesitamos niños con conocimientos, pero, sobre todo, con buenos sentimientos. Que sepan dirigir ese saber hacia la realización de los más puros anhelos de la sociedad, como nuestros científicos, que han hecho las vacunas que hoy nos protegen. No significa esto que descuidemos, aun con la dosis de refuerzo, las medidas higiénico-sanitarias tanto contra la covid, como para otras enfermedades.

Pilares fundamentales para un adecuado proceso docente son los maestros y la familia. Los educadores, en su obra de infinito amor, padecen y disfrutan nuestro mismo destino, pero marcados por el noble sentimiento de enseñar, de disfrutar ver cómo sus alumnos aprenden cada día, vencen obstáculos y se proponen nuevas metas. Sin grandes recursos se paran ante un aula a formar las generaciones de mañana. Para ellos todo reconocimiento que les brindemos será poco comparado con el empeño que le ponen a su labor.

Por su parte, la familia debe apoyar a los que empiezan o continúan el largo proceso de aprender. Ayudarlos, guiarlos, asistirlos, pero haciéndoles saber también el valor del sacrificio y de alcanzar los objetivos con el esfuerzo propio.

En estos tiempos tan convulsos, donde los diarios y noticieros parecen siempre traernos una mala noticia desde algún rincón del mundo, el saber nos puede salvar. El patriotismo, la empatía, la solidaridad son elementos que deben estar presentes en nuestras escuelas a la par de las ciencias, la historia o el español. Formar cada día mejores cubanos debe ser la marca de nuestra escuela.

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