Como cada año, el tercer domingo de julio todo el país se viste de fiesta para celebrar el Día de los niños y las niñas, con diversas actividades culturales, deportivas y recreativas, a fin de que puedan disfrutar de un día especial y diferente.

En estos tiempos difíciles es complicado brindarles todas esas golosinas y dulces que tanto añoran, en cambio sí podemos ofrecerles una vida llena de conocimientos y fantasías, instándolos (por ejemplo) a leer sorprendentes libros de cuentos y aventuras, disfrutar de amenas e instructivas obras de teatro, jugar con sus amigos en un parque o algo tan sencillo como escuchar canciones infantiles acorde a su edad.

Menos tiempo en la computadora y en el móvil, y más interacción social es lo que necesitan nuestros hijos. Una buena opción son los proyectos socioculturales comunitarios que ponen todo su amor y empeño en desarrollar habilidades en diversas manifestaciones artísticas y áreas del conocimiento en este grupo etario; mire a su alrededor y se sorprenderá de la rica vida cultural que existe en su barrio.

Los más pequeños representan el futuro y la esperanza. Padres, madres y familiares debemos esmerarnos dentro de nuestras posibilidades para que los pequeños tengan una vida plena, con una adecuada educación, para que adquieren la sabiduría necesaria que les permita convertirse en buenas personas, capaces de lograr una mejor sociedad.
Es nuestro deber que ellos disfruten de una infancia feliz a pesar de la situación económica del país, por eso, existe un compromiso del Gobierno y sus instituciones de mantener los logros alcanzados en la protección de la infancia y la adolescencia, y por eso cada comunidad debe volcar sus acciones en su beneficio para que niños y niñas nunca dejen de soñar.
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