El encuentro tuvo lugar en horas de la mañana de este lunes en el teatro del Ministerio de Comunicaciones, con la presencia de directivos y funcionarios que atienden esa actividad en el Comité Central del Partido, los órganos y organismos del Estado y el Gobierno, los gobiernos provincial y municipales de La Habana, algunas OSDE y otras entidades invitadas.

Tras el informe de balance, que con un enfoque muy crítico fue presentado por la compañera María del Carmen Cedeño Rodríguez, jefa del Departamento de Atención a la Población del Palacio de la Revolución, hicieron uso de la palabra los representantes de los ministerios de Comunicaciones, Salud Pública, Transporte, Justicia, del Tribunal Supremo Popular y la Aduana General de la República, quienes reflejaron las principales insuficiencias que caracterizan al sistema de atención a la población y los problemas de mayor gravedad que hoy expresa la población en sus peticiones, quejas y denuncias.

En sus conclusiones, Marrero Cruz expresó las siguientes ideas:

No se puede desconocer el complejo escenario que vive hoy nuestro país, a causa del bloqueo recrudecido, de la crisis económica internacional generada por la pandemia de la COVID-19, agravada ahora por el conflicto entre Rusia y Ucrania, factores que, sin dudas, tienen un impacto directo en nuestra economía y en la sociedad en general, que generan carencias de todo tipo en la población y que se reflejan, por supuesto, en las quejas e insatisfacciones de los ciudadanos sobre las insuficiencias que existen en las producciones y los servicios de todo tipo, la gran mayoría de ellas con razón.

Foto: @MMarreroCruz

Además, tampoco podemos desconocer que nos estamos enfrentando a una guerra mediática contra la Revolución en las redes sociales digitales, que maximiza malintencionadamente esos problemas, echándole la culpa de todo al Gobierno cubano.

Sin embargo, aún en medio de esas complejas condiciones, el sistema de atención a la población de nuestro país no se desmontó, ha continuado funcionando y estamos trabajando para su perfeccionamiento y mejorar la calidad en la atención y respuesta a los reclamos de los ciudadanos.

Los dirigentes en Cuba tenemos que tener bien claro que atender y dar solución o respuesta adecuada a las insatisfacciones y reclamos del pueblo no es una tarea más, sino una obligación.

Nosotros somos funcionarios públicos y nos debemos al pueblo y así lo reconoce y establece la Constitución.
El pueblo tiene derecho a que los cuadros, directivos y funcionarios atiendan y den respuesta oportuna y correcta a sus peticiones, quejas y denuncias, con la debida sensibilidad, responsabilidad y transparencia.
En ese esfuerzo, el Departamento de Atención a la Población del Palacio de la Revolución ha mantenido una permanente comunicación con los OACE y gobiernos provinciales, municipales y demás entidades del país, para tramitar y encauzar la solución o respuesta a los casos que se reciben en esas instancias.

Nosotros personalmente, dijo, le hemos dado seguimiento y exigido a los ministros y gobernadores la atención de aquellos casos más complejos y de mayor impacto en la población.

Por otra parte, la informatización del sistema y los procesos de atención a la población hoy se hace imprescindible. En ese sentido, se ha trabajado en la implementación de la plataforma digital Bienestar, un mecanismo muy eficaz que permite el registro, seguimiento y control de las peticiones, quejas, denuncias y las respuesta a los ciudadanos, ya sea a nivel del Gobierno Central como en los OACE y los gobiernos territoriales, una tarea que aún no está consolidada y que requiere, por supuesto, seguir siendo priorizada y generalizada al resto de las entidades y organizaciones del país.

Es muy importante y necesario, señaló, concluir y poner en vigor este año la Política y la Norma Legal para el perfeccionamiento del sistema y los procedimientos de atención a la población, documentos en los que están trabajando un grupo de expertos de varios OACE, de conjunto con el MINJUS y el Departamento de Atención a la Población del Palacio de la Revolución, recalcó.

Además, persisten problemas e irregularidades en la labor de algunos organismos, cuadros y funcionarios de atención a la población que reciben, atienden y dan respuesta a peticiones, quejas y denuncias de la población, más del 50% de ellas tienen Razón o Razón en Parte y, por errores de procedimientos o injusticias, en ocasiones, no son tramitados adecuadamente, ni reciben la solución o respuesta correcta.

Tampoco hemos logrado alcanzar la tan necesaria comunicación e interacción que deben tener con los ciudadanos los organismos, gobiernos territoriales, organizaciones y entidades, así como sus estructuras de atención a la población, a través de los diferentes mecanismos y canales de comunicación institucional.

Es aún incipiente e insuficiente el conocimiento que el pueblo tiene de los sistemas de atención a la ciudadanía y de los canales de comunicación que disponen el Gobierno Central, los gobiernos territoriales, los órganos y organismos del Estado, las organizaciones políticas, sociales y de masas, las entidades nacionales y el sistema empresarial, a través de los cuales los ciudadanos pueden tramitar sus inquietudes y preocupaciones sobre cualquier problema o situación que los afecte y eso, por tanto, requiere de estrategias y planes de comunicación que los promuevan y los hagan funcionar con mayor eficacia a todos los niveles.

Hace falta evaluar las causas y condiciones que generan los problemas que más afectan al pueblo, determinar las que son objetivas y las subjetivas, así como las medidas y acciones que se pueden ejecutar para darles solución y, aquellas que no sean solubles por causas de fuerza mayor, tienen que tener la información y respuesta oportuna de las autoridades que corresponda.

Hay que crear los mecanismos de contrapartida con la imparcialidad necesaria, para evitar que las quejas y denuncias de la población no se tramiten con los cuadros y funcionarios que son denunciados por los reclamantes.

Los jefes a todos los niveles tienen que asegurar las condiciones requeridas o al menos decorosas en aquellos lugares donde se atiende a la población que viene a quejarse o a denunciar algo; y los funcionarios que tienen esa responsabilidad deben tener la suficiente sensibilidad, preparación, profesionalidad, inteligencia, transparencia y amor por su trabajo. 

Los funcionarios de atención a la población deben, además, prestar especial atención, ya no solo a los canales tradicionales de comunicación con la población, sino a las plataformas digitales y a las redes sociales, para evitar que los problemas que en ellas se denuncian se hagan virales, así como tramitarlos oportunamente y que reciban la información o respuesta requerida a la mayor brevedad.              

Los dirigentes, cuadros y funcionarios hoy tenemos que estar en permanente contacto con el pueblo, en los centros laborales, en la calle y en los barrios, escuchar a la gente, conversar con las personas, solucionar o dar respuesta a todo lo que sea posible y, lo que no tenga solución, explicar, argumentar y demostrar las causas y condiciones del por qué no se pueden resolver en ese momento, y hacerlo sin cansancio, sin desánimo, con optimismo y confianza de que en la Revolución, como dijera Raúl, si se puede y siempre se podrá.

Porque lo que no puede suceder es que la gente pierda la confianza en la Revolución y en sus dirigentes, como siempre la tuvo en Fidel, en Raúl y en el Che; y para eso hay que estar al lado del pueblo y ponerle corazón a esta tarea.

Finalmente, el Primer Ministro reconoció la importante labor desempeñada el pasado año por las áreas de atención a la población del país, e hizo un especial reconocimiento al colectivo del Departamento de Atención a la Población del Palacio de la Revolución.

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