Las acciones de la campaña de comunicación #Mídete, enfocada en la prevención de la violencia en la niñez y la adolescencia, llegaron este 25 de marzo, Día naranja por la no violencia de género, a la escuelas de oficio.
Esta iniciativa del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), es considerada nativa digital, debido a que nació cuando era imposible lo presencial debido a la epidemia y da sus primeros pasos para acercarse cara a cara a estudiantes y profesorado. Esta fue la segunda de estas actividades, que se extenderán hasta junio de 2023, cuando concluyan las acciones, cada día 25, en Boyeros, tras recorrer las 17 escuelas de oficios de la ciudad.
Lisy Alina Jorge, oficial de protección de la oficina de Unicef en Cuba, compartió en la introducción algunos detalles de Mídete, que con esa actividad celebró su primer aniversario. #Mídete se une a la estrategia Utilidad para la vida, dirigida específicamente a los y las alumnos de las escuelas de oficios.
La fecha escogida tampoco fue casualidad, destacó: los 25 de cada mes, se conmemora el Día naranja, dedicado a la no violencia de género. “La campaña ha llegado y ha interactuado con los y las adolescentes, esencialmente en escuelas de oficios, para que nos miremos a lo interno y veamos si sabemos hasta dónde nuestras conductas son o no violentas en la vida cotidiana”, indicó.

Mediante actividades de participación, se abordaron tópicos como el respeto, la libertad de expresar los sentimientos, el acoso escolar o bullying, las burlas y la discriminación hacia otros personas por motivos de color de la piel, procedencia, escuela y rasgos físicos, así como los celos, entre muchos otros.
Al responder o comentar las frases en las tarjetas que compartieron las facilitadoras del encuentro, Natalie, de 16 años, defendió el respeto y el amor hacia otras personas, independientemente de su orientación sexual e identidad de género, mientras Oscar le sumó a la necesidad de respetar a otros, la de escuchar lo que tienen que decir.
#Mídete y usa una talla sin violencia, es el lema de la campaña que desarrolla Unicef Cuba. Al medirse y hablar de las cosas que podrían mejorar, unos refirieron que deberán medir sus palabras, que también hieren; otros, apenas sobreponiéndose a la pena de hablar en público, consideraron que es preciso medir el racismo, para evitar prácticas violentas y la discriminación por lugar de origen.
Oscar y Ángel opinaron que deberían medirse las faltas de respeto y reconsiderar su actitud en la casa, siendo más colaborativos en ayudar a sus madres, como una muestra de respeto.
Pautas para el cambio

En el encuentro, les hablaron también sobre el amor romántico y acerca de los estereotipos de género que culturalmente la sociedad ubica a niñas y niños en posiciones que los ata a conductas supuestamente adecuadas: las niñas juegan con muñecas o con escobas y trapeadores, mientras los varones no deben llorar ni expresar abiertamente sus sentimientos.
A tono con los objetivos de la campaña de comunicación, se insistió en que la violencia no se trata solamente de golpes, pues existen diversas manifestaciones que las nuevas generaciones deben aprender a reconocer para transformar esas realidades en la escuela, la comunidad e incluso, al interior de las familias.
Hoy, indicaron, el encuentro hace un recuento de lo que ha sido este año de trabajo, mediado por la pandemia, y tiene la intención de llamar la atención sobre las violencias que afectan a niñas, niños y adolescentes en nuestro país, pues muchas de esas prácticas, prejuicios o palabras marcan la vida y muchas veces no las vemos porque están naturalizadas y no se tiene la percepción de que estamos ante una situación de violencia, salvo que sea algo muy grave, como un golpe o una muerte.
Necesitamos todas y todos que en nuestros hogares, donde están mamá, papá, abuela y abuelo, nos eduquen con cariño, nos acompañen y nos pongan límites, para que crezcamos siempre desde el afecto y el acompañamiento, les explicaron a muchachas y muchachos.
La campaña está apelando a que en la educación cotidiana en la casa, los métodos sean sin violencia y que en escuela y los otros espacios donde nos involucremos, las relaciones entre padres, entre los profes y estudiantes sea sin violencia y este espacio también convoca un poco a pensarnos las relaciones de género.
A su vez, abogaron por un espíritu naranja en la escuela todos los días del año, y que las relaciones entre las personas se piensen en igualdad de condiciones y que tener una discapacidad, el ser mujer, ser una niña o un varón más sensible a lo que se espera de él, no sea una limitante ni sea mal visto.
Pero tratar con adolescentes, saben quienes desarrollan #Mídete, lleva más que una charla o actividades de participación. Por eso, le pusieron otro ingrediente imprescindible, la cultura. A la celebración acudieron el improvisador Alex Díaz, quien no solo les compartió las claves de los versos de la décima: todos son octosílabos, tienen que rimar, el primero, con cuarto y quinto, segundo con tercero; sexto, séptimo y décimo, y octavo y noveno, y los invitó a improvisar. También acudieron al encuentro las cantantes La Reina y La Real, que han incorporado en su repertorio canciones comprometidas con la no violencia, la no discriminación y la lucha por la equidad y los derechos.
Pertinencia
Tania Pentón García, metodóloga provincial que atiende la educación técnica profesional, destacó la importancia que tiene la sensibilización y trabajo con los estudiantes sobre el tema de la violencia, fundamentalmente porque los estudiantes de escuelas de oficio, en su mayoría, son vulnerables tienen carencias afectivas, problemas de violencia familiar, están desfasados en los estudios y es posible que tengan algunas discapacidades intelectuales.
Para la metodóloga, la violencia puede ser de muchos tipos y es importante que el muchacho aprenda a reconocerla, “porque él es el futuro, es el trabajador que vamos a tener dentro de poco y es bueno que vaya reconociendo cuáles son los tipos de violencia, pues puede que hasta ahora no se hayan dado cuenta de que han ejercido violencia sobre otros o sobre sí mismos”.
Según Pentón, es importante que ellos reconozcan y aprendan a tratarla, si la ejercen, aprendan a controlar esa ira o cualquier manifestación inadecuada o que puedan corregir conductas en un futuro, en la generación que ellos van a promover o sencillamente en la familia, el barrio y la sociedad. De esta forma, “ellos podrían estar propiciando la corrección de estos males que en resumidas cuentas van entre detrimento de la sociedad”.
De acuerdo con Andrés Damas Pérez, director de Proa al futuro, el centro se dedica a la formación de ayudantes de mecánico, general, de elaboración de alimentos y de gastronomía y tiene actualmente una matrícula de 51 alumnos.
Se trata, dijo, de estudiantes que han tenido alguna dificultad en los niveles educativos que preceden el ingreso a la escuela: una repitencia o alguna limitación en cuanto al aprendizaje. “Llegan a la escuela y se forman en los diferentes oficios, desde la docencia e insertados directamente en los servicios o la producción en entidades laborales”.
A su juicio, las actividades por la no violencia revisten una gran importancia para el alumnado que nosotros atendemos, puesto que son estudiantes que en algún momento han tenido alguna dificultad ya sea social o en su aprendizaje y les va a ser muy provechoso tener armas con qué enfrentar la violencia, acciones que hoy están enfrentando y emprendiendo la sociedad en aras de tener una sociedad más justa y mejor formada”.

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