Ha transcurrido una década desde que la abandonó, sin embargo, para Lucía el pasado sigue tocando la puerta.

Su figura paterna no se responsabiliza afectiva ni monetariamente. “Borrón y cuenta nueva” fue el boleto del padre para comenzar otra vida. Desde entonces ha sido incapaz de hacerle una llamada telefónica que manifieste preocupación. Su realidad ahora es otra familia y niños que no comparten la desatención que sufre Lucía.

El ser “mayor” en relación con sus hermanos resulta el pretexto actual, pero, ¿y hace 10 años? ¿Acaso ella es culpable de su falta de responsabilidad? Lucía no concibe por qué verlo siempre supuso una rareza y, cuando sucedía, el trabajo siempre limitaba las horas.

La corresponsabilidad de los padres con sus hijos menores de edad constituye uno de los temas recogidos en el proyecto de Ley del Código de las Familias.

Según el artículo 134, los padres tienen la obligación de convivir siempre que sea posible y mantener una comunicación permanente y significativa.

Además, el precepto constitucional comprende los derechos de niñas, niños y adolescentes reconocidos en el artículo cinco, los cuales deben ser garantizados por quienes ejerzan la responsabilidad parental en pos del bienestar físico y emocional de sus hijos.

Víctimas del silencio

En ocasiones, las personas quieren ser ciegas e ignorar ciertos hechos. Conocen, pero no denuncian, y con ello naturalizan la violencia en los hogares. Los gritos de Jorgito hacen eco en el barrio y lo justifican con “educación”, como si educar fuera sinónimo de someter.

Tiene en sus pies marcas que el uniforme rojo no llega a cubrir y que delatan el maltrato disimulado con sonrisas. ¡Otra travesura! No debió “jugar” con su plato de comida. Basta con observar a Jorgito para saber que algo no anda bien.

La madre esgrime el argumento “yo lo traje al mundo” y lo disciplina con doctrinas que lejos de respeto imponen miedo.

El Código de las Familias apuesta por reforzar la crianza como un acto de respeto y amor a la niñez, y aboga por que niños como Jorge y Lucía reciban una educación sin el uso de la violencia y no sufran desatención o cualquier otro tipo de maltrato.

En sus páginas se defienden conceptos tan avanzados como la autonomía progresiva, el interés superior de los infantes y la responsabilidad parental.

(Tomado de ACN)

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