La aprobación del nuevo Código de las Familias constituye el proceso legislativo más importante que se desarrolla hoy día en Cuba. Se trata de un proyecto inclusivo, que reconoce los derechos de cada persona en el ámbito familiar.
“No fabrica ni impone modelos, es reflejo de la realidad cubana. Coloca al país y a su pueblo en una posición, que capta las diferencias y las protege. Es un proyecto de sumas y multiplicaciones, resultado de la participación de todos y todas, una ley moderna, inclusiva y protectora de todos los derechos”, asegura Oscar Silvera Martínez, ministro de Justicia.
Su contenido es expresión del nivel de madurez alcanzado por la Revolución en la implementación de la justicia social, pues reconoce y garantiza los derechos de los grupos vulnerables de la sociedad y promueve la protección de todas las familias con una visión multidisciplinaria, sin imponer un modelo específico de organización familiar.
El Proyecto de Ley del Código de las Familias incita a la felicidad, la paz y la armonía entre las personas. Pretende poner fin al patriarcado y democratizar las relaciones entre los hombres y las mujeres. Es más cercano a la realidad del país y se ajusta a la compleja, diversa y plural sociedad cubana actual.

El nuevo código otorga especial importancia a los afectos y al amor. Centra su lucha contra la discriminación y la violencia. Toca temas tan importantes como la pluralidad y la diversidad familiar, la responsabilidad compartida, la solidaridad, el respeto a los niños y adolescentes, y el reconocimiento de las voluntades y preferencias de las personas mayores.

No obstante, el texto del proyecto puede sufrir modificaciones luego de la Consulta Popular, proceso que inició el 1 de febrero y se extenderá hasta el 30 de abril del presente año. El objetivo de estos intercambios con la población es que las personas puedan manifestar su criterio, proponer transformaciones y generar debates alrededor de las temáticas que abarca el nuevo código. Además de maximizar la democratización del proceso y la legitimidad de los resultados.
El Proyecto Ley del Código de las Familias incorpora los derechos de los abuelos ante sus nietos, promueve la protección de los ancianos, condena la violencia de género, permite la unión de dos personas mediante el régimen de bienes separados y otorga más posibilidades a los menores para ser escuchados y que sus decisiones sean respetadas.
Otro aspecto importante es la sustitución del concepto de patria potestad por el de responsabilidad parental, para introducir un cambio de visión en cuanto a la crianza y educación de los hijos.
“Se quiere reforzar que el hecho de ser madres y padres, más que tener posesiones, implica mucha responsabilidad por las vidas y el bienestar de hijos e hijas. La crianza debe ser un acto de respeto y amor a la niñez”, explica Roxane Castellanos Cabrera, Profesora Titular de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana.
Sin lugar a dudas, de aprobarse por la Asamblea Nacional y luego ratificarse por el referendo popular, el nuevo Código de las Familias situará a Cuba entre las naciones de avanzada en cuanto a las nuevas concepciones sobre la familia, a tono con el desarrollo social del mundo moderno para fortalecer el respeto a la dignidad humana y la igualdad de todos los miembros de una familia enfrascada en su lucha por la felicidad y el amor.
Vea también:
Todo listo para debate del Código de las Familias por cubanos residentes en el exterio