Una nota informativa, recientemente emitida por el Ministerio de Comercio Interior de Cuba (Mincin) informaba de una serie de medidas que permitirían a la población de las provincias occidentales y centrales adquirir los productos de la canasta básica normada, ante los atrasos en la emisión de nuevas libretas de abastecimiento para el 2022. Bernardo Borges Cleger, director de Ediciones Caribe, explica cómo lograron responder en el tiempo previsto la entrega de este producto.

“Realmente enfrentamos una situación compleja por las razones que explicaré a los lectores de Tribuna de La Habana. Dentro de los productos más importantes que tuvimos en el plan de este año, a punto de concluir, estaba, por supuesto, la libreta de abastecimientos de artículos normados en la canasta básica de la población cubana, que tradicionalmente asume en su confección Ediciones Caribe (EC).

“Con el Mincin se estableció un contrato que demandaba producir dos millones 445 000 libretas que debían ser entregadas a finales de este mes para utilizarse durante 2022. Resultaba el principal reto del EC; a pesar de que disponemos de una docena de Unidades Empresariales de Base (UEB) diseminadas en ocho provincias del país, con más de 1 200 trabajadores, en su mayoría mujeres, para asumir la diversidad de nuestras producciones y con un plan superior a los 354 millones de pesos que incluye a clientes importantes como TabaCuba, libros para el sistema de Educación, Mincult, la Feria Internacional del Libro, el Turismo, la Salud Pública, entre otros.

“Debo resaltar que la dirección del país destinó el financiamiento para la confección de la libreta de abastecimiento. La cartulina de cubierta (reciclada) es de producción nacional; no obstante, la tripa exige papel (de color blanco) adquirido en el exterior, alambre de presillado y tintas que no se ven físicamente, pero determinan el resultado de este proceso fabril que no es sencillo, sino complejo porque intervienen muchas operaciones, incluso algunas manuales las cuales resultan decisivas para el correcto foliado de cinco hojas, como mínimo, incluida la cubierta. Lo anterior es determinante para su entrega ordenada en las oficinas de control que las distribuyen a las bodegas y estas a cada núcleo familiar.

“Todo eso debe ser preciso, desde el inicio de la cadena productiva hasta colocarlas en las cajas de embalaje (paquetes de 50 unidades) e identificar los folios contenidos. Cualquier error nos obliga a recomenzar todo el proceso con las consecuencias que puede traer desde el punto de vista productivo y las pérdidas de recursos, dinero y tiempo de labor. Exigimos este control porque como una de las garantías de seguridad imprescindibles para detectar alteraciones, falsificaciones y asegurar que se lleguen al lugar que corresponde.

“Por supuesto, depende del conocimiento y la habilidad de los obreros que intervienen. Conocedores de que el índice de eficiencia fabril es alto, Ediciones Caribe es una empresa rentable, a pesar de que estuvimos muy afectados -desde hace dos años-, debido a interrupciones por falta de materia prima, las regulaciones sanitarias especiales: reducción de transporte, aislamiento, entre otras, debido a la COVID-19.

“No estamos a toda capacidad en nuestras fábricas. Producimos los artículos priorizados por la nación, determinadas producciones financiadas y aquellas que, con nuestros propios ingresos, podemos materializar teniendo en cuenta las 43 medidas aplicadas a nuestra economía a nivel nacional. Por ejemplo, ya estamos insertados en el comercio electrónico, en la zona especial de Mariel. Participamos, activamente, en la garantía de la campaña de vacunación contra la COVID-19. Ediciones Caribe asumió las tarjetas de control de vacunación, los modelos que permitieron llenar las estadísticas a nivel nacional.

“Nuestros trabajadores realizaron caretas para protección facial, pecheras para proteger al personal de la salud en las instituciones médicas, centros de aislamiento, campanas protectoras especiales que se utilizaron en función de proteger a quienes debieron entubar a los pacientes en las salas de terapia intensiva. Nuestra industria se diversificó y se encadenó con otras formas de producción estatales y privadas.

“De ahí que la encrucijada estaba presente en la tramitación del financiamiento a través de un banco para la adquisición del papel de la tripa. El proveedor tradicional había dispuesto la entrega en correspondencia con los contratos ya firmados; pero el banco que habitualmente realizaba esas operaciones financieras se negó a emprender tales trámites. De esta manera, una vez más, estuvo presente el genocida bloqueo impuesto por el gobierno de Estados Unidos contra nuestro país.

“Esta acción punitiva trastornó el proceso productivo calculado. Por supuesto hubo que tomar decisiones inmediatas: sustituir el papel, buscar qué industria o fábrica podría garantizar su elaboración en el menor tiempo posible, de un período predeterminado (septiembre) sin afectar el cronograma de entrega a la población.

“Por supuesto, hubo afectaciones: se afectaron los volúmenes de libretas por hacer y la posibilidad de hacerlas como estaba previsto. Sin embargo, debo admitir que, los cubanos siempre encuentran una solución a las cosas que van a la vida, a la salud, como lo hacen los médicos, los investigadores, los investigadores que lograron las vacunas contra la COVID-19. En este sentido los trabajadores gráficos se crecieron y pusieron alma y corazón.

“Logramos el encadenamiento con otras entidades como Gempil (con sus talabarteros), incluso medianas y pequeñas empresas. Empleamos nuestras reservas de materias primas. Las libretas se realizaron en tres fábricas diferentes, algo inédito en nuestro esquema de producción. Nunca se había foliado en tres lugares con la participación de las nuevas formas de producción actuales. Entre las novedades de su confección observaremos que muchas unidades están cosidas con hilo y no presilladas. Desde los finales de noviembre y hasta el 18 de diciembre logramos entregar al Mincin todas las libretas concebidas por el plan del año y una cantidad de reserva como está previsto.

“Podemos sentir, con orgullo, el haber encontrado una solución productiva con el apoyo de imprentas destinadas a otros servicios en el país. En lo personal, cuando fui a buscar mi cuota normada a la bodega, le pregunté al bodeguero, ¿Qué sabes de la libreta de abastecimiento? Y aquel respondió que ya estaban en las oficinas de control.

“Los que dudaron y no interpretaron correctamente la información del Mincin, a los que no consideran la presencia de la mano del gobierno de los Estados Unidos, puedo decir que por muy sencilla que sea cualquier actividad industrial, productiva o de servicios, en nuestro país, siempre estará presente la acción del bloqueo impuesto por Washington durante décadas.

“Para un lector foráneo puede resultar difícil de entender lo que significó tamaño esfuerzo. Se trata de garantizar un producto que representa mucho en la equidad y la vida de todos los cubanos. Considero que este nuevo reto nos dio otra forma de pensar, de actuar, decidir, de hacer las cosas de una forma diferente con eficiencia, a vincularnos con otras unidades productivas y cumplir.

“Agradezco a Tribuna de La Habana por hacer llegar esta información al pueblo. Para responder a la solicitud de nuestros trabajadores que estaban ávidos por que se diera a conocer esta proeza en la cual cumplimos. ¡Y qué clase de respuesta de los gráficos, de Thaba, de la Mediana Empresa Privada (Cambute), de nuestras compañeras!

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Informa el Mincin sobre la distribución de las libretas de abastecimientos del 2022