Optimizar los procesos de gestión, que contribuyan a mejorar la competitividad del comercio interno cubano y garantice una mejor protección al consumidor, es la esencia del Primer programa sectorial de Ciencia, Tecnología e Innovación de Gestión del Comercio Interno para la Protección al Consumidor, del Ministerio de Comercio Interior (MINCIN).

Presentada en el Centro de Gestión del Conocimiento (CGC) con la participación de la ministra del sector, Betsy Díaz Velázquez, y elaborado por encargo del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), la convocatoria prevé la ejecución del programa y sus proyectos en el período 2022-2027, con la participación de investigadores, profesores, especialistas, técnicos, estudiantes universitarios y los nuevos actores de la economía nacional.

Entre sus objetivos están determinar indicadores de eficiencia, competitividad y calidad del comercio y los servicios de los sujetos económicos del sector, diseñar sistemas integrados de comercialización de productos y servicios que contribuyan al crecimiento económico y a la satisfacción de los clientes/consumidores, identificar la capacidad del mercado interno cubano por regiones o territorios, explicó la directora general de desarrollo, Inalvis Smith Luben.

Por otra parte, persigue diversificar el acceso de la población a productos y servicios a partir de potenciar la innovación y la articulación de los actores de la cadena de valor local, en equilibrio con sus necesidades crecientes, así como perfeccionar los sistemas de formación técnica-profesional, capacitación, educación/formación de valores y la gestión del conocimiento que garanticen la transformación del capital humano que necesita el comercio interno en el país.

Según se explicó, la fecha límite para la recepción de los proyectos será el 30 de diciembre de 2021 y la aceptación o no de los proyectos recibidos se hará mediante dictamen a partir del 10 de enero de 2022.

Entre las bases para la selección de los proyectos se encuentran pertinencia científico tecnológica y económica financiera del proyecto, aplicabilidad de los resultados, carácter multi y transdisciplinar del proyecto, aval del Consejo Científico de la entidad ejecutora, cartas de compromiso de las entidades participantes y aval de los usuarios identificados, así como el impacto a obtener por el proyecto.

Smith destacó que la economía cubana necesita de los aportes de la ciencia para la búsqueda de soluciones a problemas viejos y nuevos y convocó a materializar ese propósito y obtener mejoras tangibles para el consumidor.

Díaz Velázquez señaló que la factibilidad de potenciar la economía circular y de incorporar materiales reciclables para el envase, trabajar más con productos biodegradables y el reciclaje, una asignatura pendiente, ante la necesidad de estar en armonía con el ambiente.

La ministra puso como ejemplo una experiencia de Pinar del Río, donde emplean como envase para conservas botellas personalizadas que no recupera la entidad de materias primas, en un encadenamiento con una pequeña empresa, sobre todo porque una línea de envasado de alta tecnología tiene un costo muy elevado. “Pero sí podemos ir buscando soluciones a nivel local, a partir de esa economía circular”.

Programa sectorial

Al presentar el programa sectorial del MINCIN, Mirurgia Ramírez, directora de Mercadotecnia, apuntó que ante la limitada oferta de bienes y servicios en el mercado, establecimientos comerciales poco acogedores y bajo nivel de protección al consumidor, es preciso enfrentar los cambios de tendencias en el consumo, las nuevas tecnologías y la venta online, desarrollar capacidades que permitan al empresario optimizar su gestión e incrementar la rentabilidad y buscar la excelencia en la atención al consumidor, en defensa de sus derechos.

Entre los indicadores diseñados para medir los resultados del programa, que responde al Plan de desarrollo económico y social al 2030, Ramírez mencionó el incremento de la competitividad, la cantidad de experiencias de integración desarrolladas y el índice de satisfacción de los clientes.

El programa, con un plazo de ejecución de 2022 a 2027, tiene un presupuesto estimado de 30 000 000 cup y tiene entre sus beneficiarios a entidades de los sistemas de producción y comercialización de bienes y servicios estatales y no estales, instituciones educativas y consumidores.

Este cuenta actualmente con 11 proyectos aprobados por el CITMA para el año 2022, cinco de los cuales fueron presentados en el encuentro por Aimé Graffo Poso, jefa del departamento de Ciencia del CGC: Reordenamiento del comercio mayorista de productos no alimenticios, Optimización de la cadena de frío en los frigoríficos, El proceso productivo del pre - empaque en la red comercializadora de productos alimenticios del comercio interior en Cuba, La comunicación comercial en el sector y Gestión de la protección al consumidor. 

Foto: Captura de pantalla de la presentación del programa

Para Graffo, estos proyectos dan la posibilidad de interconectarse con otros actores y organismos de la administración central del Estado en las investigaciones que desarrollarán.

En el intercambio se refirieron a las alianzas que podrían establecer representantes de la Asociación de Innovadores y Racionalizadores(ANIR), el departamento de Ciencia e Innovación del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y sus industrias militares, el Instituto de Investigaciones de la Industria Alimentaria y la Universidad de La Habana, lo que permitiría alcanzar resultados favorables a corto plazo, que permita dar el salto que se espera, dijo Lidier Águila Machado, vicepresidente de la ANIR.

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