Las nuevas disposiciones recientemente adoptadas para el sector agropecuario tienen el objetivo de actualizar y contextualizar la formación de los precios a la actual situación de incremento de los costos de producción y las carencias de insumos, de manera que estos no desestimulen a quienes trabajan la tierra.
Según explicó la ministra de Finanzas y Precios, Meisi Bolaños Weiss, en las actuales circunstancias, resulta vital reconocer el costo real de la producción agropecuaria. Sobre ella, indicó, gravitan las limitaciones de recursos vitales para lograr rendimientos y crecimientos productivos, entre ellos fertilizantes, bioplaguicidas y combustible.
“Este año nos estamos enfrentando a una Tarea Ordenamiento, donde hay un reconocimiento de una devaluación importante del peso, que transforma no solo el costo real de producir, sino también los precios en la cadena de comercialización, y los productores agropecuarios”, que están enfrentando, además, las consecuencias del recrudecimiento del bloqueo, que limita la adquisición de los insumos requeridos en el sector.
Los productores, con un gran esfuerzo, se están enfrentando a niveles productivos sin tener las condiciones en términos de recursos para ello, dijo, y abundó en que existe un incremento de los costos operacionales -electricidad, agua, fuerza de trabajo y combustible, entre otros-, lo que lleva a monitorear el costo real en el que incurren los agricultores para obtener los niveles que se están comprometiendo con las entidades, las autoridades gubernamentales o el comité de contratación.
Al ritmo de la vida
Tenemos que lograr que el precio de compra a quien está pegado a la tierra, además de cubrir el costo real, incluso en el contexto de tener que sembrar más áreas, ante la contracción de los rendimientos por falta de insumos, tiene que permitir satisfacer las necesidades propias y las de su familia, destacó Bolaños.
Ante esa situación, y para lograr que esa demanda pueda cubrir los costos y los productores se sigan sintiendo estimulados a cumplir con esos niveles productivos, se ha dispuesto “emparejar ese reconocimiento del costo real” y para productos (malanga, plátano y boniato) se elimina ese precio máximo centralizado y se pasa a que se establezcan los precios por concertación.
La Resolución 320, publicada en la Gaceta Oficial Extraordinaria 68, del pasado 30 de julio, elimina entonces los precios máximos de acopio y mayoristas de malanga (xanthosoma y colocasia), plátano (vianda, burro y fruta) y boniato, con destino al consumo social, dietas médicas y sistema de atención a la familia.
A su vez, el documento plantea que los administradores de presupuesto y el sistema del comercio interior, deben adoptar las medidas de eficiencia, control y mejor gestión en el aprovechamiento de estos recursos, sobre los cuales se eliminan los precios máximos.
Por otra parte, aseguró que esta medida “para nada significa un deterioro en la distribución al consumo social” y consideró que aunque no va a tener un impacto inmediato, “será una medida que estimule a nuestros productores y que nuestras instituciones sociales también puedan hacer concertaciones de precios con los productores, con las formas productivas, con las cooperativas, con mayor eficiencia y calidad”.
Por otra parte, Bolaños explicó acerca de la eliminación del límite de incremento de precio de los productos agropecuarios de dos veces en relación con el que tenían en julio de 2019. Debido a los cambios en el contexto, las condiciones y costos de la producción “es imposible que pretendamos que el límite de precios sea de dos veces”.
Al respecto, destacó: “tenemos que ir adecuando y actualizando las normas a la realidad”. No obstante, enfatizó que el principio es que ese tope se elimina sin afectar la facultad que siguen manteniendo las autoridades municipales y provinciales para establecer precios minoristas de venta a la población. “En aquellos productos de alto impacto y sensibles a la población, se mantiene la facultad de los Gobiernos municipales y de las provincias para establecer precios minoristas de venta a la población”.
En el caso de La Habana, dijo, no se distingue cuál es la forma de gestión que venda, si es estatal o no estatal, los precios que quedaron establecidos en un grupo reducido de productos, los más sensibles, de más alto impacto, para toda la cadena de comercialización, aunque lo venda un mercado estatal de acopio, una forma de gestión no estatal.
Bolaños ratificó que “aun cuando se quita este límite, se mantienen las facultades de los Gobiernos y también la responsabilidad de las autoridades gubernamentales, incluido el Ministerio de Finanzas y Precios, para el enfrentamiento a los precios especulativos y abusivos”.
Según destacó la ministra, aun con estas dos normativas dirigidas a eliminar precios centralizados de tres productos para el consumo social y quitar el límite de crecimiento de los precios de la comercialización minorista, comparados con julio de 2019, es importante ratificar que en aras de proteger a la población, se va a mantener centralizado el precio minorista de las dietas médicas de productos agropecuarios, se mantienen en el sistema del comercio interior, los límites y principios para respetar los precios del Sistema de Atención a la Familia (SAF) y de los comedores obreros, estos últimos en el entorno de los 18 pesos promedio por trabajador.

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Competencia y libre mercado es lo q se necesita para q esos precios bajen, la economía se mueve donde mayor demanda hay. Se necesita estimular a los productores y no dejar desamparados a los sectores más pobres; no es ayudar al que si puede pagarlo por que al final eso esta mal y no resuelve nada.
Creo que dejar q los campesinos y vendedores se pongan d acuerdo con un precio es mucho mejor q tener todos los productos topados ya q esto trae cómo ventaja q cuando haya abundancia bajen solo d precio y solo les hago un llamado a recordar q la Habana no se autoabastece q necesita del resto d las provincias porq es la más poblada
Coincido con el comentario anterior. Hasta cuando los precios . Han subido demasiado los precios de todos los productos y el salario no alcanza. La tarea de Reordenamiento no ha sido eficiente.
Volvimos a lo mismo!!!!, precios extremadamente abusivos con el mismo salario, qué triste, Aumentan por día, se van confiando y suben y suben.... la libra de limón 80 pesos, malanga 25 pesos, guayaba 12 pesos, jamón 120 pesos, queso 150 pesos, cartón de huevos 250 pesos, etc..... y lo peor es la pésima calidad de los productos, la verdad es que no nos valoran.
Los precios actuales son una falta de respeto. Y creo que algo se pudiera hacer desde las diferentes instancias del gobierno. De pronto el Ají cachucha se puso a 70 pesos la libra, 25 pesos un vasito de helado que ya valía 5 y luego, 10. Para nada entonces ha resultado la reforma salarial. Seguimos sin poder hacer otra cosa que vivir para subsistir. No diversion, no ahorros, no mantenimiento a las viviendas, etc. Porque como si no fuera poco esto, todo lo demas ha incrementado 5 y 6 veces el precio. Hay una gran inflación y especulación. En un barrio como Alamar eso es más que visible. En las calles se vende y compra de cuanto hay y los precios son vergonzosos.