La verdad de Cuba recorre el mundo a pesar del perenne asedio y la campaña mediática de mentiras y desinformación por parte de medios occidentales de comunicación serviles a Washington.

El reciente anuncio ante la comunidad internacional de la eficacia (92.28 %) de la vacuna cubana Abdala a la cual se suma el proceso creciente de validez también de Soberana 02 y el contundente triunfo este miércoles 23 de junio ante la Asamblea General de Naciones Unidas, que por mayoría abrumadora de votos (184) rechazó el genocida bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos (EE.UU.), constituyen dos rotundas victorias del glorioso pueblo de la nación caribeña.

Vergonzoso rol el de la Casa Blanca al dar continuidad a la política criminal e injusta de sus antecesores, particularmente del exdignatario Donald Trump el cual reforzó las medidas extraterritoriales de la Ley Helms-Burton y la subversión contra la Isla lo cual le provocó además asperezas con sus socios en Europa y otras regiones al vulnerar su soberanía.

Una vez más EE.UU. ha quedado aislada ante el mundo por su actitud arrogante y cínica contra un pequeño territorio de Latinoamérica que solo decidió ser independiente y construir un modelo económico y socialista, a lo cubano.

El bloqueo a la Mayor de las Antillas resulta obsoleto, cruel y lacerante de la vida humana. No contribuye a la paz ni al respeto a la autodeterminación de los países, por el contrario, trasgrede el derecho internacional y la Carta Fundacional de la ONU que concibió la relación armónica y de colaboración entre los Estados.

De igual manera es irracional y arbitrario mantener a la Isla en la lista espuria de naciones patrocinadoras del terrorismo, disposición del gobierno estadounidense de carácter impúdica por cuanto obvia la realidad que refrenda la historia que recoge los cientos de actos terroristas ejecutados contra la población cubana por parte de sicarios y mercenarios, organizados, financiados, y preparados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) y otras de sus agencias, desde territorio norteamericano.

Las medidas draconianas y antihumanas promovidas por entes ultra reaccionarios con lobbies e influencia notable en Washington intentan justificar el sistemático asedio y la hostilidad contra la Revolución cubana que construye un proyecto de justicia social diametralmente opuesto al neoliberalismo que defienden EE.UU. y sus aliados.

Sin embargo, las sanciones de la Casa Blanca dañan con creces también a los ciudadanos estadounidenses al ser privados de su libertad de viajar, comerciar, efectuar turismo e intercambios académicos y culturales con sus vecinos de la tierra caribeña, aspectos que quebrantan la Constitución de esa nación del Norte.

El bloqueo es inmoral, ignominioso y califica como genocida al limitar el acceso de todo un pueblo a alimentos, medicinas, tecnología de Salud, y a recursos indispensables para su desarrollo económico y social.

¡No más bloqueo!, expresó en Naciones Unidas la inmensa mayoría de los gobiernos del orbe. La humanidad está harta de barbarie, actos tan viles como esos no debían coexistir en esta centuria de civilización en que se trabaja por las Metas del Milenio, acciones previstas para los años 30, y cuales por ambiciones y mezquinos intereses de poder de algunos en Occidente están en riesgo de ser cumplidas por la comunidad internacional rectorada por la ONU que batalla por sustentar el multilateralismo, fomentar la concordia y potenciar un mundo más justo y menos desigual.

Ver además:

Victoria de Cuba en ONU: 184 a favor, 2 en contra y 3 abstenciones