Ante el recrudecimiento del criminal bloqueo de Estados Unidos (EE.UU) y la situación global de la pandemia de COVID-19, y su incidencia también en Cuba, se hace imprescindible la captación de divisas para sustentar la economía y las conquistas sociales que desde el triunfo de la Revolución obtuvieron los cubanos.

Con el objetivo de evitar medidas neoliberales y de choque, como las que aplican países capitalistas, las cuales conspiran contra el empleo, la vivienda, Salud, Educación, Seguridad Social y otros factores de la vida en la sociedad, fue necesario incorporar unidades de ventas en Moneda Libremente Convertible (MLC), con el propósito que esa recaudación monetaria tribute a inversiones en la alimentación del pueblo y al desarrollo de la nación en un contexto de intentos de asfixia económica financiera por parte de la actual administración de la Casa Blanca que preside el magnate Donald Trump.

Es conocido que la Revolución desde sus inicios se ha orientado a la búsqueda de mayor equidad para sus ciudadanos. Pero también la población está consciente de las decenas de agresiones, actos terroristas y subversivos cometidos por mercenarios con la anuencia de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EE.UU. y la mafia cubano-americana radicada en el sur de la Florida contra esta noble tierra, lo cual ha causado más de 3 000 muertos y un número mayor de heridos e incapacitados.

A ello se añade el genocida bloqueo que hoy prohíbe, incluso, envío de remesas familiares desde esa nación a la Mayor de las Antillas y al mismo tiempo impide que los norteamericanos constaten con sus viajes la realidad cubana, esa que tergiversan y falsean medios al servicio de centros de poder imperiales.

Nunca antes nación alguna ha tenido que apostar al progreso y la sostenibilidad económica en condiciones tan complejas como la Isla, víctima del asedio más largo de la historia de la humanidad por parte de una potencia del Primer Mundo desarrollado. Degradante rol el de Washington contra La Habana, al insistir en el cerco y la hostilidad perenne que data de unos 60 años; sin pudor alguno quebrantan los derechos humanos de millones de ciudadanos.

En la Mesa Redonda del jueves 3 de diciembre el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil, expuso con precisión sólidos argumentos sobre la situación actual de la economía, el por qué de la instrumentación de nuevas medidas, entre las que se ubican las tiendas en mlc en un contexto internacional muy difícil el cual se agudiza en el país con el cerco imperial. Abordó además lo necesario de sustituir importaciones, incrementar y diversificar las exportaciones y la reforma salarial y de precios que se ha venido informando al pueblo.

Son muchos los desafíos por transitar en los próximos años, queda claro que habrá que ir perfeccionando y mejorando además, los mecanismos de control y supervisión ante cada una de las disposiciones vigentes e implementadas en este proceso que también se asume en una nueva normalidad causada por la presencia de la COVID-19, virus que se combate en la Isla con el esfuerzo constante del personal sanitario y la garantía de contar con las estructuras hospitalarias, el personal médico calificado, miles de científicos inmersos en producir medicamentos y vacunas, además de un importante número de inversiones en recursos técnicos y materiales.

La estrategia de pensar como país, a la que ha convocado el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez, encaminada a priorizar la vida humana, evitó ocurriese lo que en otros territorios, (incluyendo EE.UU. y algunos europeos), que vieron colapsados sus sistemas de Salud ante la incapacidad de ingresar y poder atender al ciento por ciento de los contagiados, lo cual provocó miles de fallecidos.

De igual manera el ministro Gil señaló que existen especulaciones sobre la extensión de las ventas en mlc a las unidades que hoy ofrecen artículos y productos en cuc y cup, esclareciendo que ello no está previsto. Refirió también cómo muchos ciudadanos acuden a otros países a comprar en divisas los mismos productos que hoy se están vendiendo en la Isla en igual moneda, con la diferencia que a partir de ahora lo que se recaude en lo interno, no solo es para beneficio individual, sino aporta al desarrollo económico y bienestar de la sociedad, y el pueblo.

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