La estrategia económico-social para impulsar la economía y enfrentar la crisis provocada por la COVID-19, recientemente aprobada por el Buró Político del Comité Central, presidido por su primer secretario, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, adelanta cómo debemos actuar en el nuevo escenario para avanzar en todos los frentes con el objetivo de sostener el desarrollo de las capacidades de producción de bienes y servicios, estimular las capacidades del sector estatal, cooperativo y de gestión no estatal con aquellos recursos que puedan resultar exportables como se ha demostrado en los esfuerzos de la nación frente al bloqueo genocida de los Estados Unidos.
El Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez, durante su presentación al Consejo de Ministros, destacaba: “No es posible olvidar que los objetivos supremos tras todas las campañas (mediáticas, subversivas o de ataques económicos y financieros, entre otros) que organizan son los mismos: denostar el sistema político, visualizar siempre en negativo y mostrar un caos en nuestra sociedad”.
Esta guerra contra Cuba tiene más de seis décadas si tenemos en cuenta los esfuerzos de las diferentes administraciones norteamericanas para tergiversar la ofensiva del Ejército Rebelde, antes de enero de 1959, y continuar planes que incluyeron la campaña realizada como preludio de la invasión por Playa Girón y una costosa plataforma de transmisión subversiva denominada Radio y Televisión Martí.
Debemos pensar como país, en todos los frentes, demostrar los avances de nuestra nación –a pesar de la crisis mundial que también nos afecta y la batalla contra la COVID-19- con objetividad probada, no dejando fisuras que alimenten a quienes sostienen los ataques subversivos y mucho menos vulnerabilidades económicas que no puedan resolverse con la aplicación rigurosa y consciente de la estrategia señalada en la búsqueda de nuestras potencialidades para resistir y continuar.
De ahí que las precisiones del Presidente cubano fundamentan el por qué “urge diseñar una estrategia de comunicación que utilice, incluso, muchas de las herramientas usadas contra nosotros, pero que también cree algunas más ajustadas a nuestra realidad”.