En su discurso mediante videoconferencia en la Cumbre virtual Unidos contra la COVID-19, que organizó Azerbaiyán como presidente del Movimiento de Países No Alineados (Mnoal), el Presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, denunció la reciente agresión terrorista contra la embajada cubana en Washington sin que, hasta la fecha la administración del mandatario Donald Trump ofrezca información a La Habana, lo cual demuestra la complicidad de ese gobierno con el autor de la nueva acción terrorista, devenida en una flagrante violación de los derechos internacionales de seguridad, quien puso en peligro la vida de funcionarios cubanos.

Díaz-Canel, advirtió del fracaso de las políticas neoliberales y el colapso de los sistemas sanitarios de las naciones capitalistas afectadas por la COVID-19, debido a la falta de apoyo de estos estados para asumir las graves consecuencias de la pandemia sobre la de millones de personas y reiteró el compromiso de continuar trabajando junto a los miembros del Movimiento de Países No Alineados (Mnoal), por el establecimiento de un orden internacional.

El Presidente cubano subrayó que la COVID-19 ha demostrado ser un reto global que no distingue fronteras, ni ideologías o niveles de desarrollo entre las naciones. De ahí que la respuesta también debe ser coordinada de forma global, superando las diferencias políticas, todo lo cual es contrario a la posición asumida por el señor Donald Trump, quien atacó a la Organización Mundial de la Salud (OMS), con retirar los fondos de contribución a ese organismo internacional de las Naciones Unidas, en momentos que se realizan urgentes esfuerzos por encontrar una vacuna contra la enfermedad, y establecer alianzas de cooperación internacional necesarias para el apoyo a millones de personas que sufren el impacto de la pandemia en naciones más desfavorecidas.

Al referirse a la experiencia de Cuba, ante la enfermedad letal que amenaza a todo el planeta, expresó que desde el primer momento que la OMS alertó sobre su expansión, Cuba diseño e implementó un Plan Nacional para la prevención y control, que se actualiza y evalúa sistemáticamente con la participación activa de todos los ciudadanos, mientras prepara brigadas del Contingente Médico Henry Reeve, para asistir a otras naciones, incluso europeas, con una alta incidencia de propagación del nuevo coronavirus y centenares de muertes diarias.

Señaló que el Estado cubano actúa con responsabilidad en la protección de la salud de sus ciudadanos y ha recibido todo el apoyo de la sociedad cubana, en medio de los ataques mediáticos alentados por el gobierno de los Estados Unidos y mercenarios en las redes sociales de la Internet para desvirtuar la realidad de Cuba, en esta batalla contra la pandemia.

Enfatizó cómo el acoso imperial del gobierno de los Estados Unidos, mediante el bloqueo genocida, intenta frenar y obstaculizar el desarrollo de la Isla, y subrayó el impacto de la persecución de las agencias de inteligencia de norteamericanas sobre las empresas y filiales de entidades norteamericanas en cuanto a las gestiones para adquirir recursos y tecnologías imprescindibles en el mercado internacional, como el reciente boicot a la adquisición de material médico procedente de China.

En su intervención, Díaz-Canel, aseguró que Cuba no abandonará su vocación solidaria, aunque el gobierno de Estados Unidos continúe atacando la cooperación médica internacional cubana, lo cual pone en riesgo el acceso de decenas de millones de personas frente a la actual pandemia COVID-19.