El 16 de abril de 1961 el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, en la histórica calle de 23 y 12, en el capitalino Vedado, exponía ante los féretros de los mártires, víctimas del cobarde ataque mercenario a las bases aéreas de San Antonio, Ciudad Libertad y Santiago de Cuba, que aquellos jóvenes que en defensa de la Patria y la Revolución habían ofrendado sus vidas, lo hicieron también por el Socialismo.
Y ante una multitud enardecida por la infame agresión ejecutada por aviones de procedencia estadounidense con tripulación enemiga, que además plagió las insignias de la Fuerza Aérea de la Isla para gestar su traicionera acometida, Fidel declaró el “Carácter Socialista de la Revolución Cubana”.
La abominable acción fue el preámbulo de la invasión que se inició al otro día en el entorno de la Ciénaga de Zapata, concretamente por Playa Girón. Lanchas rápidas y embarcaciones procedentes de buques madres de origen norteamericano como el Houston, hicieron posible el desembarco de la brigada mercenaria 2506.
Pero lo que no tuvieron en cuenta los cerebros del Pentágono y la administración de la Casa Blanca presidida entonces por John Kennedy, fue la voluntad de unidad de los cubanos para salvaguardar a su Patria y la disposición de todo un pueblo decidido a Morir o Vencer, antes de volver a ser esclavos, o revivir las décadas de colonialismo, neocolonialismo, y apetencias anexionistas de Norteamérica y sus lacayos.
La nueva invasión planificada y financiada por EE.UU. fue un fiasco para esa nación que apostaba a una fácil victoria, ante lo incipiente del proceso revolucionario y las carencias de recursos. También calcularon desacertadamente que las tradicionales campañas mediáticas de desinformación made in USA, tendrían el efecto que esperaban.
Resulta evidente que no conocen la esencia ni el sentimiento patriótico y el valor de los cubanos. A decir de algunos mercenarios apresados luego del fracaso de la embestida yanqui, se les hizo creer que sería una cruzada factible y que la población los acogería a su llegada.
Todo lo contrario a lo anhelado por Washington, encontraron a un pueblo aguerrido y de una heroicidad a prueba frente aquellos que intentan ultrajar el suelo de esta tierra de gigantes.
En solo tres días fue derrocada la incursión armada al territorio cubano, los agresores desmoralizados y totalmente desarticulados por el empuje de los milicianos y miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias que junto al máximo líder Fidel Castro estuvieron en la primera línea de combate contra los invasores.
Cuba, primera trinchera antiimperialista de América, continúa potenciando su desarrollo con paz, solidaridad y plena independencia.

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