Este Primero de Mayo será diferente; sin embargo, la esencia que nos convoca nos une en una palabra: Solidaridad. Y es que tenemos suficientes razones para celebrar la fecha, precisamente al cumplirse un año de la nueva Constitución de la República en la cual participamos todos, en momentos que se hace más fuerte el legado de Martí y Fidel, en los conceptos para definir la Patria como humanidad, y enfrentar los desafíos del cual nos hizo referencia el líder histórico de la Revolución cubana, en su legado Revolución, que pronunciara un Primero de Mayo del año 2000.

Por estos días hemos visto partir brigadas de médicos, enfermeros y personal de la Salud, a combatir la pandemia del Covid-19, en casi todo el mundo, incluso en naciones donde antes nadie hubiera pensado en la presencia de integrantes del Contingente Médico Henry Reeve. Más que orgullo, es compartir los resultados de una de las mayores conquistas de la Revolución: el derecho a la salud de todos los seres humanos.

Cada noche, la simiente de cómo será la celebración, es un adelanto en los aplausos de nuestro pueblo a quienes hoy se encuentran en la primera línea de combate para preservar el derecho a la vida de nuestros conciudadanos. En cada jornada se multiplican los hombres y mujeres que mantienen la producción y los servicios indispensables. De igual forma se fortalece la unidad del pueblo en defensa de sus valores y la lucha contra las indisciplinas sociales y las manifestaciones delictivas. Pensamos como país, al asumir el ejemplo que nos ofrece la máxima dirección del Partido y el Gobierno cubanos.

Nada es ajeno cuando se comparte la responsabilidad individual por el bienestar de toda una nación capaz de crecerse frente a los embates del bloqueo genocida impuesto por el gobierno de los Estados Unidos por casi seis décadas y recrudecido por la voracidad imperialista y la ceguera visceral de la administración del señor Donald Trump, mientras grupúsculos de mercenarios pretenden dominar la verdad en las redes sociales, con falsas noticias y en contubernio con la “gran prensa” occidental, que no puede ocultar el ejemplo de la Mayor de las Antilllas, durante su nueva oleada de solidaridad con los necesitados de este planeta.

Este Primero de Mayo, tal vez amaneceremos con una alocución televisiva en la cual estaremos compartiendo la solidaridad en la expresión más directa de este pueblo cuando millones de voces se escuchen en La Habana y será el canto de la Patria en la celebración de un nuevo Primero de Mayo.