Un día debatía con un amigo sobre el porqué del bloqueo a Cuba. No entendía –ni entiendo- las mentiras, los actos de odio, las manipulaciones a la opinión pública de un país desarrollado contra una pequeña isla.

¿Qué tienen contra nosotros? Le preguntaba a mi amigo. Si Cuba es un país solidario, que se empeña en ayudar al mundo aun cuando no le sobren los recursos; un país que avanza poco a poco porque el cerco genocida que le imponen no le permite ir más lejos; un país que resiste…

Entonces mi amigo, sonriendo, respondió todas mis interrogantes con una sola frase: “el problema de los Estados Unidos, es que no soportan la idea de que una isla pequeña, aparentemente indefensa, les haya ganado siempre”.

¡Por supuesto! Pero, ¿cuántas intervenciones militares, amenazas de asesinato al Líder de la Revolución, chantajes al mundo o intentos fallidos de someter a un pueblo que no se arrodilla tienen que pasar para que Estados Unidos aprenda la lección?

Ahora, incluso con la pandemia del nuevo Coronavirus, ese bloqueo se hace más fuerte. Pero Cuba ha vencido siempre y, como dijo nuestro presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en la clausura del 4to. Período Ordinario de Sesiones de la 9na. Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, “Nos tiraron a matar, pero estamos vivos”.