Mientras la joven “feminista” vociferaba enajenada que para esta fecha no quería flores, a sólo unos metros otra un poco más sencilla y sin pronombres dibujaba una rosa en la palma de su mano. Si decide quedarse en casa y preparar una exquisita cena o agarrar su bolso de misterios y salir a trabajar todo el día, debe el universo abrirse en dos para acatar su voz de mando cual hembra creadora. Si existe una fuerza superior, un poder espiritual divino, si existe un dios en el cielo seguro es una mujer.

Y es que no existe libro con suficientes páginas para encerrar la complejidad de ellas. Fiereza de olas, luz de llamas y la calma de las nubes en sus ojos guardan, para cuando es necesario. Azul, violeta o naranja, cada color te pertenece por derecho propio, y ninguno te hace más o menos, mujer basta tu presencia para colmar de ilusiones el futuro.

Madre, hija, todo o nada, siempre resulta eterno tu legado de quien reivindicó su nombre ante el dominio patriarcal. Bala y pluma, no te rindas, no cedas ni un milímetro de ternura, hoy la historia necesita tu beso para su final perfecto. 

Foto: Joyme Cuan

Si escoges un día para celebrar o revelarte, que tu frente sea guía incansable de tu cuerpo. Que tu murmuro sea viva voz en domingo, miércoles o viernes, no te canses ni retires tu corazón de cada obra.

Hoy eres bandera, raíz y hoja al viento, péndulo de ónix, amargura y miel. Si en mi delirio de hombre enajenado no me salvo de tratar de salvarte, perdona. No lo tomes a mal, vamos desaprendiendo a pasos cortos que tuyo es el sexo fuerte, de ti viene todo aquello capaz de romper cadenas y echarse a volar. Decir hoy mujer es hablar de coraje, diamante y esperanza.